jueves. 28.03.2024

La cerrazón del corazón

A partir del “Ábrete” que Jesús dice al sordomudo cuando le abre los oídos y le desata la lengua el Papa expresó que todos sabemos que el cerrarse del hombre, su aislamiento, no depende solo de los órganos sensoriales.

A partir del “Ábrete” que Jesús dice al sordomudo cuando le abre los oídos y le desata la lengua el Papa expresó que todos sabemos que el cerrarse del hombre, su aislamiento, no depende solo de los órganos sensoriales. Para afirmar que “Existe una cerrazón interior, que concierne el núcleo profundo de la persona, aquel que la Biblia llama el “corazón”. Y que “Jesús ha venido a ‘abrir’, a liberar, para hacernos capaces de vivir en plenitud las relaciones con Dios y con los demás”.

 

Así, el Papa reconoció que Jesús se ha hecho hombre para que el hombre, vuelto por el pecado interiormente sordo y mudo, se vuelva capaz de escuchar la voz de Dios, la voz del Amor que habla a su corazón, y de esta manera aprenda a su vez a hablar el lenguaje del amor, a comunicar con Dios y con los otros. Por este motivo la palabra y el gesto del “efatá” (ábrete) han sido insertados en el Rito del Bautismo.

La cerrazón del corazón