El grupo Zënzar, banda decana del rock gallego, ha presentado este miércoles, en la sala Parladoiro-Arqueixal de Santiago Albá (Palas de Rei, Lugo), su cortometraje musical "Cortina", con el que pretenden defender el rural y el territorio como base de cualquier cultura. Son muchos los que piensan que el rural gallego se está agotando.
Ni tan siquiera la crisis ha ayudado a frenar el goteo de su despoblamiento. "Los diferentes gobiernos, de Europa, Madrid y Galicia, están fomentado la destrucción de todos los sectores básicos que podrían producir muchísima riqueza, como puede ser el turismo bien entendido", denuncia en una entrevista con Efe Bocixa, realizador e integrante de Zënzar. El cortometraje, rodado en Aldea Arqueixal, aborda la necesidad de reconducir esa situación. "
No es un vídeoclip, para nosotros es mucho más. Este corto simboliza un tiempo que es la frontera entre la Galicia actual y la tradicional o rural, esa que tanto se echa de menos. Porque el campo, más que abandonado, está infravalorado", lamenta. La crisis debería ser una oportunidad para el medio rural, porque se nota menos la recesión que en las ciudades. Los creadores de "Cortina", no obstante, asumen que no todos los espectadores entenderán su mensaje:
"Algunos incluso dirán que estamos locos", ironiza Bocixa, a quien le duele la pérdida de la cultura rural: "Hoy lo que se prima es otro tipo de negocio. Se prefiere llenar de eucaliptos las tierras productivas". Al cantante de Zënzar, hijo de campesinos, como a la mayoría de los integrantes del grupo cercedense, la defensa del rural le viene de lejos. Cuando era un niño de apenas diez años, vio como en su parroquia, As Encrobas, se destruían varias aldeas para abrir una mina de lignito.
"Eso nos marcó", recuerda Bocixa, quien hace unos años ya produjo el documental "A ceo aberto" para denunciar las expropiaciones de terrenos que llevó a cabo la eléctrica Fenosa en su pueblo: "El audiovisual ha servido para denunciar muchas barbaridades". Zënzar puede presumir de ser la banda con más años de actividad haciendo música en gallego.
"Nunca buscamos ser una banda comercial ni reconocida, y eso ayuda a sobrevivir", apunta su cantante, quien, no obstante, admite que vivir de la música en Galicia es muy difícil: "Si bandas como Berrogüeto abandonan es que algo raro está pasando". Pero sus integrantes, que ya superan los cuarenta años, no se mueven por dinero; la música es su válvula de escape para seguir denunciado el deterioro deliberado del medio ambiente, el abuso de poder y la falta de cultura rural.
