El alcalde de Vigo, Abel Caballero, mantiene su mutismo sobre una eventual venta del Celta a inversores extranjeros tras coincidir ayer con el presidente del club celeste, Carlos Mouriño, en la comida con la directivas del Celta y el Ajax y luego en el palco durante el partido de la Europa League.
"Las conversaciones que tenga con Mouriño son cosas mías", ha contestado Caballero en rueda de prensa a la pregunta de si había abordado con el máximo dirigente el futuro de la entidad celeste. Tampoco ha desvelado si se emplazaron para una próxima reunión para abordar esta cuestión después de que ayer solo hablaran "de fútbol". Ello a pesar de que en la víspera había expresado su deseo de tener una "charla tranquila" tras la rueda de prensa en la que el presidente del Celta pidió que el Ayuntamiento le venda al club el estadio de Balaídos, a lo que Caballero se ha vuelto a oponer hoy.
"Sobre la venta del club, que es un derecho de los propietarios, opinaré cuando conozca de qué forma, y si se hace, cómo se quiere hacer", ha dicho. Caballero ha vuelto hoy a brindar la cooperación del Ayuntamiento con el club para una ciudad deportiva y una universidad deportiva "en el marco de las disposiciones y de la normativa urbanísticas". Ha considerado que con el plan general en vigor, el aprobado en 1993, "hay mecanismos para actuar" respecto a estos dos proyectos.
