viernes. 19.04.2024

El Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo ha acogido esta mañana el juicio contra el alcalde de Barreiros, Alfonso Fuente Parga, por la concesión supuestamente irregular de 44 licencias para construir casi 3.500 viviendas en el municipio en el año 2006, una vista oral que se prolongará -según lo previsto- durante tres días -hoy, el miércoles y el jueves de esta semana- .

 

La vista oral fue señalada para mediados de febrero de este año, pero finalmente tuvo que ser suspendida como consecuencia de la huelga de los funcionarios de Justicia, dado que en aquel momento los juzgados de lo Penal de Lugo solo estaban tratando causas con preso. La Fiscalía pide para el regidor local, que en noviembre de 2015 anunció que dejaba el Partido Popular por la apertura de juicio oral, una pena de dos años prisión y diez meses de inhabilitación, aunque la acusación particular, ejercida por la acusación ecologista Adega, solicita un año de prisión por “cada uno de los delitos que le imputa al regidor local”.

 

En declaraciones a Efe, la abogada que representa a la acusación particular, Montserrat Calvo, explicó que lo que se intentará demostrar en el juicio es la ilegalidad en la concesión de licencias para construir 41 urbanizaciones y bloques de viviendas, así como en otros tres permisos para hacer “piscinas y equipamientos en suelo rústico”. La letrada precisó que la acusación particular le imputa delitos de “prevaricación urbanística en concurso” con otros “contra la ordenación del territorio” y pide “un año de cárcel por cada uno de los delitos, que son 44, aunque eso después se matizará a la hora de imponer la pena”.

 

Los hechos que van a ser juzgados se remontan a 2006, pero la causa fue “archivada en dos ocasiones”, como recordó el alcalde a los periodistas. Antes de entrar en el juicio, el regidor local reconoció en declaraciones a los medios de comunicación que el comienzo de la vista oral supone para él un alivio, por el desgaste político y personal que le ha supuesto su condición de investigado, una situación que dijo no desearle “ni a su peor enemigo”. Con respecto al hecho de que este juicio condicione su futuro político, respondió que “a lo mejor sí y a lo mejor no”, en función del resultado del mismo.

 

En cuanto a la acusación a la que se enfrenta, recordó que los miembros de la junta de gobierno imputados “votaron a favor” de la concesión de las licencias siempre “con informes favorables” por parte de los técnicos, en “todos” los casos. Por ello, aseguró que eso es lo que va “a mantener” en el desarrollo de este juicio, porque “fue así” y “no de otra forma”. Por su parte, el secretario general de Adega, Froilán Pallín, dijo que “después de once años, estar en esta situación es un escándalo. Ni es justicia ni es nada. Lo único que se hizo fue destrozar un pueblo, incluso económica y socialmente, porque arruinó a mucha gente, no solo a empresas, sino también a muchos particulares”. Desde su punto de vista, lo sucedido en Barreiros “es el prototipo de lo que no debe hacerse urbanísticamente”, porque no se cumplió “la normativa” y se permitió edificar “en terrenos que no estaban calificados” como solares, sin pasar de forma previa “por un proceso de urbanización y de planificación urbanística”.

 

“Había insuficiencia en el abastecimiento de agua, en el suministro de luz eléctrica, no había aceras, ni saneamiento”, dijo Pallín, y “se hizo con toda impunidad”. Según Pallín, esos servicios no existían, aunque “posteriormente se pretendió que fuese la propia administración” la que elaborase un “plan sectorial”, por un importe de “14 millones de euros”, para “dotar de servicios a terrenos que no tenían la condición de solar y donde, por lo tanto”, no se podía “edificar”. “Lo de Barreiros lo definimos como la Marbella gallega, pero peor, porque es mucho más cutre.

 

Es cutre en todos los aspectos”, añadió, porque hubo “amenazas, anónimos y escuchas, aparte de un tráfico de influencias y económico, porque hasta los proveedores de los cuartos de baño estaban implicados”. Según su relato, “en Barreiros se llegó a construir sobre regatos, reconocidos por Augas de Galicia. Hay falsificación de documentos, se jugaba con planos, se jugaba con las alturas, se construía en sitios que no tenían ningún servicio”. “Y todo con el beneplácito de la propia Administración”, añadió, con “total descaro”, hasta el punto de que Adega tuvo que recurrir el archivo del expediente un par de veces, por algo que “debería avergonzarnos como gallegos”.

Comienza juicio por concesión de licencias para 3.500 viviendas en Barreiros