La Audiencia de Pontevedra juzgará el próximo martes 20 de junio a un empresario de Ponteareas (Pontevedra) acusado de enviar a Japón, para que fuesen recepcionados por la empresa Toyota, 36 contenedores de polvo catalítico que en realidad contenían polvo y lana. Por esta estafa la Fiscalía solicita para él seis años de prisión y que indemnice a Toyota con cerca de un millón de euros, el dinero que la empresa pagó por los contenedores presuntamente manipulados.
Según recoge el escrito de acusación, facilitado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el empresario inició una relación comercial con Toyota para el suministro de polvo catalítico, pagando por adelantado la compañía automovilística el 80 % del precio del cargamento y el resto una vez que el material llegaba a Japón. Antes del primer pago, Toyota realizaba una inspección del cargamento en la sede de la empresa pontevedresa para comprobar que los contenedores que se iban a enviar no tenían fisuras por donde pudiera perderse polvo catalítico, en pesarlos y en analizar una muestra aleatoria para verificar su calidad.
Los nueve primeros envíos de los cargamentos de polvo catalítico a Japón se realizaron sin incidencia alguna, lo que según el fiscal asentó una relación empresarial de confianza. El acusado, con afán de obtener un beneficio patrimonial ilícito, ideó un procedimiento para poder sustituir el polvo catalítico por arena y lana, sorteando los controles que realizaban los trabajadores de Toyota sobre el material que iba a ser transportado.
Así, entre junio y agosto de 2009, el acusado remitió cinco cargamentos, compuestos de 36 contenedores, en donde el polvo catalítico había sido sustituido por arena y lana. Tras recibir el primero de ellos, Toyota trasladó la mercancía a una refinería situada en Akita (Japón), donde comprobaron que contenía arena y lana, por lo que el resto de envíos fueron entregados directamente a Mitsubishi Uni-Metals para una inspección detallada en presencia de un notario.
