sábado. 20.04.2024

El Gobierno luso considera "prioritaria" la inversión en la mejora de las conexiones ferroviarias con España a partir de 2015, año en que comenzarán las obras en suelo portugués de la línea "de altas prestaciones" Madrid-Lisboa que prevé terminar en 2019.

 

Tres años antes, en 2016, espera que esté operativa la línea Oporto-Vigo, también incluida en su lista de prioridades. Así lo anunció hoy, en una entrevista con EFE, el secretario de Estado de Infraestructuras, Transportes y Comunicaciones, Sérgio Silva Monteiro, quien precisó también que el recorrido entre las dos capitales ibéricas incluirá "por lo menos una parada" en el interior de Portugal, que se suma a la ya prevista en Extremadura.

 

De esta forma, la conexión Madrid-Lisboa será de "alta velocidad" (AVE) en la parte española -con capacidad de circular a más de 300 kilómetros por hora- y de "altas prestaciones" en el lado portugués -con un máximo de 220 kilómetros por hora-, aunque no será necesario cambiar de tren y los sistemas serán "totalmente interoperables". Esta línea, subrayó, será construida en ancho de vía europeo y permitirá el paso tanto de trenes de pasajeros como de mercancías.

 

Monteiro apuntó que "existirá alguna inversión ya en 2015", porque cuenta con partida propia en los Presupuestos para el próximo año, e informó de que inicialmente se avanzará con el tramo entre Sines y Caia -municipio localizado junto a la frontera con Badajoz- para después proseguir con el tramo que une con Lisboa. Esta es la solución acordada por ambos países después de que el Gobierno portugués decidiera en 2012 cancelar el proyecto del AVE Madrid-Lisboa por su elevado coste.

 

La conexión ferroviaria se había convertido en frecuente objeto de discusión política en el país, defendida a ultranza por los socialistas y duramente criticada por los conservadores. La llegada al poder de estos últimos en 2011 supuso la desaparición del modelo inicial, que acabó siendo redefinido.

 

El transporte de mercancías es la prioridad del Ejecutivo portugués con la construcción de esta vía, con la que pretende reforzar su competitividad, ayudar a la mejora de sus exportaciones hacia Europa y fortalecer el puerto marítimo de Sines, que tendrá así salida directa por vía férrea hacia el Viejo Continente.

 

"Si tuviésemos el transporte de pasajeros como primer objetivo, habría ventajas en pensar en una conexión por AVE porque reduciríamos el tiempo de conexión con Madrid. Pero no es el caso, no sólo no tenemos el dinero sino que nos parece que el hincapié hay que hacerlo en las mercancías", razonó Monteiro. Los costes del proyecto actual son tres veces inferiores al del AVE y para Portugal "no compensa tener un poco más de velocidad" a ese precio, dijo.

 

"España fue un país amigo y entendió las restricciones presupuestarias que afrontábamos (los últimos años), pero ahora necesitamos dar prioridad a esta inversión", según Monteiro, quien reconoció que los trabajos en el país vecino están más avanzados.

 

La victoria electoral de los conservadores sucedió a la petición del rescate financiero a la UE y el FMI, que concedieron su ayuda a Portugal a cambio de un severo programa de ajustes y reformas que obligó a recortar la inversión hasta "niveles anémicos". Monteiro aseguró, asimismo, que las ayudas que concedió la UE a los dos países para la construcción del AVE Madrid-Lisboa se mantendrán para este proyecto. El representante del Gobierno resaltó la inclusión de nuevas paradas en el interior del país, lo que beneficiará a un mayor número de localidades.

 

"Por lo menos hará una parada antes de llegar a Lisboa (en el caso del tren de pasajeros). El convoy parará en Badajoz y podría parar en Évora, por ejemplo.

 

Esto supone un beneficio para estas zonas del interior, que con el proyecto anterior sólo podían ver los trenes pasar", detalló. Además de la conexión con Madrid, el Gobierno luso también prepara ya la línea Oporto-Vigo, que espera esté operativa en 2016. "Ya estamos electrificando la línea del Miño, con presupuesto atribuido (...)

 

Su principal ventaja es que con el mismo tipo de tren, podremos reducir el tiempo en 40 minutos -de las dos horas y cuarto actuales a poco más de hora y media- e incluso recortar los costes de combustibles, lo que teóricamente nos permitiría incluso bajar el precio del billete", avanzó. Monteiro puntualizó que el país no puede volver al gasto excesivo para convertirlo "en un estímulo artificial de la economía", y defendió que sigue siendo necesario "ahorrar mucho dinero para invertir un poco en infraestructuras importantes para el futuro".

 

"No podemos confundir a los contribuyentes diciéndoles que las dificultades ya están superadas y que ahora es tiempo sólo de invertir", recalcó. En su opinión, las reformas aplicadas en Portugal en los últimos tres años a nivel de administración, legislación laboral y Justicia permiten que el país presente "una oferta muy atractiva para los inversores extranjeros en el contexto europeo". Concretamente, citó casos como el de las concesiones del servicio público de transporte metropolitano en Lisboa y Oporto o la próxima privatización de la aerolínea lusa TAP, que han despertado interés entre empresarios de América Latina.

 

El tren Madrid-Lisboa en 2019 y Oporto-Vigo en 2016, prioridades de Portugal