sábado. 20.04.2024

Víctor Fernández Freixanes, elegido hoy presidente de la Real Academia Galega (RAG), llega con un perfil de hombre polifacético para unir una institución que tiene bandos enfrentados desde hace años. Con la dimisión de Xosé Luis Méndez Ferrín en 2012 quedó patente la división en el seno de la entidad que debe velar por la lengua y cultura gallegas.

 

El entonces presidente, que dio paso a Xesús Alonso Montero, abandonó el cargo y su silla vitalicia en la RAG envuelto en polémica, con acusaciones de nepotismo, y tras decir que un gran número de académicos no lo quería. Las siguientes elecciones tuvieron un empate en la primera vuelta entre Alonso Montero y Manuel González, tesorero con Méndez Ferrín, pero en esta ocasión el panorama es bien distinto y tan solo ha habido un candidato.

 

Se trata de un hombre acostumbrado a la responsabilidad de Pontevedra que, a punto de cumplir los 66 años, ha desarrollado una dilatada carrera en muchos aspectos, desde el periodismo a la literatura, pero sin olvidar otras áreas como la investigación o la edición. Víctor Fernández Freixanes, hermano del pintor Xosé María Fernández Freixanes, comenzó sus estudios en Filosofía y Letras en Santiago de Compostela, antes de doctorarse en Filología Románica, aunque también estudió Geografía e Historia y Periodismo.

 

Pronto llegó al mundo del periodismo, primero como redactor, después como director, donde llegó a gestionar el programa de la Televisión de Galicia "A trabe de ouro" y hoy como columnista, y no tardó fijarse en la edición de libros. Desde la década de 1980 pasó por diferentes puestos, entre los que destacan los de director general de ediciones Xerais, de editorial Galaxia y del Grupo Anaya. Su actividad investigadora se centra en el ámbito de la comunicación y las industrias culturales, pero también es conferenciante y relator de seminarios, entre otras actividades que ha desarrollado a lo largo de su vida profesional.

 

Fernández Freixanes ingresó en la Real Academia Galega en 2004, con 53 años, se sentó por primera vez en la silla del fallecido Carlos Casares, un puesto que habían ocupado antes Xesús Ferro Couselo, Juan Rodríguez Cabrero y Federico Manciñeira y Pardo de Lama. Llegó a propuesta del actual presidente, Xesús Alonso Montero, y los académicos Antón Santamarina Fernández -que respondió a su discurso- y Andrés Torres Queiruga. Ahora ha contado con el respaldo a su candidatura de los dos primeros y de la actual archivera-bibliotecaria, Margarita Ledo Andión, que han sido sus avalistas.

 

El académico, que como docente es catedrático en excedencia de Lengua y Literatura Gallega en secundaria y profesor titular del Departamento de Ciencias de Comunicación en la Universidad de Santiago, tiene por delante un mandato de cuatro años en que tendrá que limar muchas asperezas. El objetivo es que los dos bandos vuelvan a estar unidos en la defensa de la cultura gallega y dejen atrás antiguas rencillas que en su día supusieron un cruce de declaraciones que alejó el foco de la meta real de la Academia.

Víctor Fernández Freixanes, un hombre polifacético para unir la Academia