viernes. 29.03.2024

El blackjack es uno de los juegos de azar que más llama la atención en el mundo del cine. Es cierto que este juego de cartas puede no ser tan emocionante como el póker, como demostraron Los Maceiras, pero su presencia en la gran pantalla siempre deja escenas inolvidables. Cualquier espectador ha soñado alguna vez con ser uno de los protagonistas de esas películas de Hollywood en el que utilizan la clásica estrategia del conteo de cartas para derrotar a la banca. Sin embargo, la mayoría de los espectadores siempre han pensado que sólo los matemáticos tienen el conocimiento necesario para hacerlo en la vida real.

 

21 Blackjack (2008), que está basada en el libro ‘Bringing Down The House’ del escritor estadounidense Ben Mezrich, es una de las películas más famosas sobre este apasionante juego de cartas. Esta obra dirigida por Robert Luketic cuenta la historia de un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que viaja a Las Vegas para demostrar sus habilidades matemáticas con la estrategia basada en el conteo de cartas y estafar importantes cantidades de dinero. Una década después, esta idea permanece en el imaginario colectivo de los espectadores, pero existen otras muchas historias reales que demuestran que el conteo de cartas no es la única estrategia para vencer a la banca en el blackjack. Una de las más emocionantes es la de Don Johnson, el jugador que derrotó a Atlantic City.

 

¿Quién es Don Johnson?

Don Johnson nació en 1962 en Salem, en el estado de Oregón (Estados Unidos). Durante su infancia vivió inmerso en una atmósfera de carreras de caballo que le llevó a soñar con convertirse en jinete profesional. Un sueño que no puedo cumplir debido a que creció hasta tal punto que era demasiado alto para ser jinete, pero siempre estuvo comprometido con esta actividad a lo largo de su vida. En 1992, cuando tenía 30 años, fue contratado para administrar el hipódromo de Philadelphia Park. A partir de ese momento, Don Johnson comenzó a administrar otras pistas de carrera, aunque también aprovechó su experiencia profesional para trabajar como regulador del estado en Texas, Oregón y Wyoming.

 

A principios de los años 2000, cuando había acumulado una importante cantidad de dinero gracias a sus diversos trabajos, Don Johnson fundó una empresa en Wyoming, que bautizó con el nombre de Heritage Development, la cual usaba un software de ordenador para pronosticar los resultados exactos de las carreras de caballo. Un negocio que le reportó grandes beneficios. Al mismo tiempo comenzó a jugar al blackjack como un jugador casual. Durante esos años sólo realizaba apuestas bajas de hasta 100 dólares. Sin embargo, con el paso del tiempo fue aumentado esa cantidad, mientras también aumentaba su reputación como apostador en el mundo de los casinos.

 

Una oferta irrechazable en el mejor escenario posible

La Gran Recesión, como se conoce a la crisis económica mundial que comenzó en 2008, provocó un descenso considerable en los ingresos de los casinos tradicionales de Atlantic City. La ciudad del estado de Nueva Jersey, considerada como la segunda ciudad del juego en Estados Unidos tras Las Vegas, fue una de las más afectadas del país durante este ciclo económico. A partir del año 2010, los casinos comenzaron a buscar alternativas para lograr un mayor equilibrio financiero, por lo que decidieron atraer a los grandes apostadores del momento. Nunca antes en la historia de la industria del juego norteamericana se habían ofrecido tantos beneficios a los jugadores. Un escenario inmejorable en el que los establecimientos de ocio asumieron un gran riesgo con el objetivo de obtener mayores beneficios.

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Fuente: https://www.legitgamblingsites.com

La aventura de Don Johnson, que bien puede ser la sinopsis de cualquiera de las películas de blackjack tan populares en los últimos años, comenzó en el Tropicana Atlantic City, donde llegó atraído por los jugosos beneficios ofrecidos por este casino. La mayoría de los jugadores que llegaban a este establecimiento de ocio pedían comidas y bebidas o suites de lujo completamente gratuitas para apostar grandes cantidades de dinero. Sin embargo, Johnson fue más allá de este tipo de peticiones lujosas y negoció mejores reglas para reducir la ventaja del casino en el blackjack. Johnson negoció una devolución del 20% en sus pérdidas y consiguió una apuesta máxima de 100.000 dólares por mano. Además, también consiguió 50.000 dólares en efectivo por el simple hecho de entrar al casino para jugar cada día.

 

En apenas 12 horas, Don Johnson consiguió 6 millones de dólares en el Tropicana Atlantic City. El jugador nacido en Salem estuvo vigilado por las cámaras de seguridad durante todo el tiempo que estuvo jugando al blackjack para comprobar que no estaba utilizando la estrategia del conteo de cartas. Las ganancias del jugador retrasaron los beneficios mensuales del casino en abril de 2011, situándole como el segundo con menos beneficios en términos de ingresos de Atlantic City. Una semana después, el CEO del establecimiento de juego, Mark Giannantonio, fue despedido por permitirle a Johnson un límite de mano de 100.000 dólares.

 

La amenaza de Atlantic City

El éxito cosechado en el Tropicana Atlantic City provocó que Johnson se fijara en los otros casinos de la ciudad del estado de Nueva Jersey. Su alto bankroll, unido a la grave situación financiera de los establecimientos de ocio, le permitió negociar acuerdos similares con el Borgata y el Caesars Atlantic City. En poco más de seis meses jugando en las mesas de blackjack de estos casinos, Johnson logró 15 millones de dólares (6 millones de dólares en el casino Tropicana, 4 millones en el Borgata y otros 4 millones en el Caesars Atlantic City).

 

Numerosos factores contribuyeron a la exitosa carrera de Don Johnson en Atlantic City. Más allá de los problemas financieros de los casinos de la época, Johnson se benefició de su perfil de aficionado para conseguir 15 millones de dólares durante su estancia en la ciudad de Nueva Jersey, ya que no era considerado un jugador de blackjack con ventaja para superar a la casa. Al final de su vida como jugador profesional trabajó para los casinos enseñándoles todos los aspectos referentes a los jugadores que intentaban obtener una mayor ventaja del establecimiento de ocio.

Don Johnson, el jugador que derrotó a Atlantic City