viernes. 19.04.2024

El 25 de septiembre ha dejado muy claro el panorama político en Galicia y bastante despejado en Euskadi, pero para determinar si influirá en el desbloqueo de la situación en España aún habrá que esperar con la vista puesta en la sede socialista de Ferraz.

 

El "sorpasso" en votos de En Marea al PSOE en los comicios gallegos -aunque ambos partidos empaten a 14 diputados- y la pérdida de 7 de sus representantes en la Cámara vasca que le hace quedarse con los mismos parlamentarios (9) que el PP y ser superado en dos por Podemos, no contribuye en nada a apuntalar los planes de Pedro Sánchez. El líder socialista ha sumado otra noche electoral a la baja y sin argumentos para recordar sus palabras del 20 de diciembre en las que, pese a haber bajado de forma notable en esas elecciones generales, consideró que había obtenido un resultado histórico.

 

Con los mimbres de hoy, se antoja difícil que Sánchez pueda encabezar la alternativa que la semana pasada dijo que pretendía para ser investido presidente. Y los resultados cosechados en Galicia y Euskadi pueden dar munición a los barones críticos con su gestión que ya han venido lanzándole advertencias ante un hipotético acercamiento a los independentistas e intentando hacerle ver (con Susana Díaz al frente) que, con 85 diputados, el lugar del PSOE está en la oposición. La duda es hasta dónde están dispuestos a llegar.

 

Quizás pueda haber una pista en los próximos días, pero la cita clave es el Comité Federal del próximo sábado. Después de que Sánchez haya repetido por activa y por pasiva que "no es no", no parece factible que con él al frente del PSOE este partido pueda facilitar con su abstención la investidura de un Mariano Rajoy reforzado en la noche de hoy con los resultados en Galicia.

 

Por tanto, si no hay un paso atrás (voluntario u obligado) de Sánchez y si los barones le cierran la puerta a buscar una alternativa, es muy probable que dentro de tres meses, el día 18 de diciembre, los españoles tengan que acudir por tercera vez a las urnas en el plazo de un año. Una cita ante la que afines al secretario general socialista aseguran estar convencidos de que, pese a lo de hoy, mejorarían sus resultados y ante la que estos días Rajoy ha dicho que si hay que ir se va y con el convencimiento de que el PP también sumaría nuevos escaños a los conseguidos el 26 de junio.

 

En definitiva, el 25 de septiembre puede haber sido una etapa más en el camino hacia los terceros comicios, porque la vía de la investidura de Rajoy contando con los cinco escaños del PNV no parece que pueda convertirse en realidad. Íñigo Urkullu, con los 29 diputados conseguidos por el PNV en el Parlamento Vasco, tiene expedito el camino a un nuevo mandato como lehendakari aunque la mayoría absoluta sea de 38 escaños. Si los necesitara, podría contar con toda seguridad con los 9 representantes socialistas.

 

En consecuencia, los 9 del Partido Popular no son necesarios y queda sin fuerza la hipótesis de un acuerdo con el PNV que facilitara una contraprestación en el Congreso. Si la nueva convocatoria electoral se convirtiera en realidad, las expectativas de dos partidos emergentes hace un año como Podemos y Ciudadanos se verían también recortadas como la jornada de hoy se ha encargado de poner de manifiesto. La fuerza política liderada por Albert Rivera se ha quedado fuera de los parlamentos de Galicia y Euskadi, y aunque Podemos ha entrado con fuerza en ambos, una vez más no ha llegado al umbral que le vaticinaban las encuestas.

 

Sí ha cumplido con los pronósticos Alberto Núñez Feijóo, que se ha convertido en el único presidente autonómico que cuenta con mayoría absoluta y que le hace situarse en cabeza de los delfines para cuando llegue la hora de suceder a Rajoy. Génova hablará en ese momento aún incierto en el tiempo. Ahora, todas las miradas apuntan a Ferraz porque el sábado pondrá en marcha una cuenta atrás: la de un nuevo liderazgo o la de las terceras elecciones.

Ferraz empieza la cuenta atrás