jueves. 18.04.2024

Las mareas municipales en Galicia, que en 2015 se hicieron con los Gobiernos de tres de las ciudades más importantes de la Comunidad, se han hundido en los comicios de este domingo y han perdido de facto el poder municipal del que gozaban y que las había convertido en una referencia del rupturismo a nivel estatal.

 

La Marea Atlántica en A Coruña y Compostela Aberta en Santiago habían conseguido en aquella ocasión ser las listas más votadas en sus respectivos municipios pero, después de un mandato convulso, en esta ocasión el PSOE les ha arrebatado esa posición y el PP también les ha pasado por delante.

 

Con estos resultados, Podemos no consigue colocar a ninguno de sus candidatos en el Ayuntamiento puesto que en la candidatura coruñesa la aspirante de la formación morada concurría de número ocho y en el caso de la marea compostelana figuraba en el puesto nueve. Números que, evidentemente, no se han conseguido.

 

En Ferrol, la candidatura Ferrol en Común había logrado en las últimas locales acceder a la alcaldía con un pacto con el PSOE tras ser segunda fuerza solo por detrás del PP pero, en esta ocasión, FeC ha caído a la tercera posición, adelantado también por el PSOE pese a que los populares han resultado finalmente ser la lista más votada en la ciudad naval.

 

Además de la pérdida de los gobiernos, Martiño Noriega (Santiago de Compostela), Xulio Ferreiro (A Coruña) y Jorge Suárez (Ferrol), considerados durante un tiempo como los referentes en el espacio de la izquierda gallega, tienen ahora ante sí un futuro incierto, con la posibilidad abierta incluso, al menos veladamente por alguno de ellos, de dar un paso atrás en la política local.

 

Ninguno de los hasta ahora alcaldes ha querido hablar esta noche, en todo caso, de su futuro, si bien sí han dicho que será un tema a abordar en el seno de sus respectivas formaciones. Y pese a que el batacazo ha sido más sonoro en las tres ciudades en las que se ha perdido el gobierno, las mareas gallegas también han sufrido una importante caída en otras localidades, quedando sin representación en localidades en las que en 2015 sí la habían logrado, como es el caso de Lugo, Pontevedra y Ourense.

 

Todos ellos son municipios en los que esta vez se presentaban varias candidaturas de unidad popular enfrentadas entre sí. La izquierda rupturista en Galicia conformada por Anova, Podemos, Esquerda Unida y En Marea ha estado marcada desde su nacimiento y, sobre todo, en los últimos tiempos, por continuas desavenencias entre unos y otros, con amenazas constantes de ruptura y acusaciones cruzadas entre los propios dirigentes, esto como normal habitual.

 

Por ello, como si los resultados fuesen un toque de atención, esta noche ya se han escuchado llamadas a la autocrítica en las sedes de las agrupaciones locales de las mareas municipales, donde los hay que son conscientes de que las continuas batallas internas entre los partidos que conforman el espacio les han hecho pagar una factura muy cara en términos electorales.

 

El hundimiento de la marea gallega ya se había hecho notar en los comicios generales del pasado abril en los que el divorcio entre las fuerzas que en elecciones anteriores habían concurrido como aliadas bajo la marca En Marea, que ahora únicamente defiende Luis Villares, les hizo perder 100.000 votos en total, pasando de cinco diputados en el Congreso a únicamente dos. Malos resultados que sumados a los de esta, para ellos, agria noche, ponen en jaque a una marea gallega que en las elecciones autonómicas de 2016 había conseguido alzarse con la medalla de fuerza que da el ser líder de la oposición y ahora está al borde de perder todo el poder institucional con el que contaban y que solo mantienen en pequeños reductos tales como Sada, A Pobra do Caramiñal, Mondariz o Val do Dubra.

 

El resultado de los comicios europeos tampoco ha dejado buen sabor de boca para los representantes del espectro de la izquierda rupturista. La hasta ahora eurodiputada Lidia Senra, que en 2014 concurrió en la coalición Alternativa Galega de Esquerda en Europa (AGEe) -Anova con Esquerda Unida- y ahora lo hizo con el partido En Marea en coalición estatal con Compromís, se ha quedado fuera. Tampoco la que había sido senadora por En Marea y que ahora concurría como número diez de la lista de En Común-Unidas Podemos, Vanessa Angustia, tiene plaza en la Eurocámara.

 

Con el horizonte de las elecciones autonómicas a En Marea le toca recomponerse tras un batacazo que el portavoz de la formación, Luís Villares, ha asumido con autocrítica al admitir que "las tensiones internas provocadas por partes que pensaban más en sí mismas que en el interés general" han sido uno de los detonantes que han provocado que la marea, como tal, no haya conseguido mantenerse a flote.

Las mareas se hunden en Galicia y pierden las tres ciudades