viernes. 19.04.2024

La neurocientífica May-Britt Moser, ganadora del Premio Nobel de Medicina en 2014 junto a su esposo, Edvard Moser y a John O'Keefe por su descubrimiento de las células que constituyen el sistema de posicionamiento del cerebro, afirmó hoy que su objetivo no era conseguir ese galardón, sino "comprender el mundo". En una conferencia a alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), la científica noruega subrayó que su voluntad era "comprender cómo el cerebro" es capaz de generar "emociones, comportamientos, navegación espacial, memoria".

 

Moser, invitada por el programa ConCiencia de la USC para incitar a futuros investigadores a ser creativos y a explorar y desarrollar nuevos ámbitos, señaló que "tener pasión por una pregunta creo que es muy importante" para poder avanzar y afrontar el reto de lograr una respuesta. Destacó que cuando empezó a investigar con su futuro marido, ganador también del Premio Nobel, la zona del hipocampo del cerebro humano ambos provenían "de familias pobres" y tuvieron "la suerte de ser buenos colegas" para conseguir "ser mucho más que la suma de dos".

 

"Tuvimos mucha presión para publicar artículos" científicos, comentó, pero destacó la recomendación de un supervisor de su labor investigadora en la Universidad de Oslo que "nos aconsejó que si éramos capaces de conseguir un buen artículo de calidad cada cinco años, eso debería hacernos muy felices". Observó que su laboratorio era "pequeño" y que ambos decidieron "ir a contracorriente" y en lugar de publicar rápido sus observaciones, prefirieron "responder a cuestiones amplias" tras una labor de experimentación de varios años, compaginando su labor científica con el cuidado de sus dos hijos pequeños. Moser explicó a los alumnos las pruebas científicas en ratones y ratas para comprender la excitación de la actividad cerebral en los movimientos en dos dimensiones y señaló que también hay equipos de investigadores en Israel que desarrollan pruebas en tres dimensiones con murciélagos, además de otras que se llevan a cabo en monos o en seres humanos.

 

Preguntada acerca de si ha observado alguna diferencia del comportamiento cerebral entre varones y mujeres, atendiendo a una creencia popular en ese sentido, Moser respondió rotundamente un "no". Subrayó que el cerebro, independientemente del género, es "igual de hermoso", pero destacó que puede haber "estrategias diferentes" en el ámbito de la "navegación espacial", en lo relativo a "las preferencias a la hora de prestar atención". La científica apuntó que ella es un ser sociable y que le agrada al andar por la calle y ver a las personas a su alrededor, de manera que "si te concentras en el movimiento de la gente te pierdes, pero si te mueves con puntos de referencia estables no", enfatizó.

 

Nacida en 1963 en Fosnavåg (Noruega), estudió Psicología en la Universidad de Oslo, se doctoró en Neurofisiología en 1995, fue alumna de postdoctorado en la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y científica invitada en el University College de Londres, donde trabajó con O'Keefe, antes de trasladarse en 1996 a la Universidad noruega de Ciencia y Tecnología de Trondheim. Su investigación ha permitido probar la existencia de células nerviosas en el cerebro complementarias a las de posicionamiento, que sirven para registrar la información visual y crear mapas internos del entorno.

May-Britt Moser dice que su objetivo no era el Nobel sino comprender el mundo