viernes. 29.03.2024

Mascarillas, colas más largas por las distancias de seguridad, DNI en bandejas para evitar contactos y temperaturas veraniegas han convertido el 12J en una cita electoral histórica en la que los 'confinados' han sido los votos de cientos de contagiados que tenían prohibido ir a votar.

 

Tanto en Galicia como en el País Vasco muchos son los que han optado por llevar el voto preparado en casa con el fin de agilizar el proceso, aunque a los más madrugadores de A Mariña, la comarca del norte de Lugo con restricciones por el foco de coronavirus, eso no le haya servido de mucho ya que a las nueve de la mañana ya había colas en los colegios electorales.

 

La zona ha dejado una estampa ejemplar, y no la de votantes acudiendo en bañador, que también se han visto, sino la de ciudadanos que han acudido al colegio con uniforme, el de la empresa de aluminio Alcoa, motor económico de la zona y sobre la que pesa un ERE para más de medio millar de empleados.

 

En la comarca algunos vecinos han podido cumplir con la tradición de ir a tomar algo tras votar, pero otros se han encontrado con que muchos locales, todavía con aforo limitado, no estaban abiertos. También en Ordizia, la zona del País Vasco más castigada por los rebrotes, han vivido una jornada extraña este 12J. Porque los electores se han encontrado los colegios 'blindados'.

 

"En Ordizia la gente estaba preocupada y asustada por lo que hemos organizado un dispositivo especial con mamparas en las mesas y pantallas de protección para sus componentes", ha explicado el alcalde. La mayoría de los electores que han ido a votar allí han reconocido que la jornada les imponía "respeto".

 

De casa se ha llevado el voto preparado Inés, vecina de Ordizia que ha votado "tranquilísima" porque es su obligación y pese a que "igual no gana" el partido que ella quiere. "Pero aquí está mi deseo", ha afirmado señalando el sobre antes de introducirlo en la urna y asegurar que en estos días su pueblo "se ha hecho más conocido que la Chelito".

 

Tampoco se ha achantado Juana, que ha cumplido este año cien años, y que ha ido al frontón acompañada de uno de sus hijos porque ella vota siempre y lo hace desde el "estatuto de Gernika".

 

También han tenido centenarios los comicios gallegos: en Sober, ayuntamiento de Lugo con mayor número de longevos; y en Melide (A Coruña), municipio en el que también hay un buen número de 'inmortales'.

 

En Valga (Pontevedra) todos esperaban a María Bouzas, asidua de los encuentros de mayores que se celebran en el pueblo y una de las incondicionales cuando toca cumplir con uno de los derechos fundamentales: el del sufragio.

 

Y no ha acudido sola, porque lo mismo ha hecho Hipólito, que, recién estrenado el siglo de edad, se ha acercado a la mesa que le correspondía, con una pequeña ayuda y con un ánimo a prueba de bomba.

 

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Las elecciones del voto confinado