viernes. 29.03.2024

La Asociación Animalista Libera quiere que el uso de drones, actualmente normalizado para la prevención de incendios durante el verano en Galicia, se extienda a otras luchas y contribuya a poner fin a una de las prácticas más crueles y denigrantes que sufren los animales, "el encadenamiento continuado". La Ley de Bienestar Animal de Galicia contempla sanciones de hasta 5.000 euros y la inhabilitación por un máximo de cinco años para aquellas personas que mantengan a un animal atado de forma permanente o limite sus movimientos en toda clase de construcciones, como los zulos para perros que acostumbran emplear algunos cazadores; "sin embargo la realidad es que rara vez se multa", dice la nota.

 

Así, los animalistas han llegado a documentar más de 500 denuncias ciudadanas a través de una página web que permitía incorporar videos y fotografías de forma anónima y geolocalizar cada caso, lo que supondría cientos de sanciones si el ejecutivo autonómico hiciera cumplir su propia norma. Libera! considera que el uso de drones con cámaras termográficas podría ser una buena solución, ya que permiten realizar grabaciones en varios días diferentes sin generar alerta en la persona que mantiene encadenado al animal, constituyendo una prueba gráfica de la infracción administrativa.

 

La grabación, además de prueba, podría ser empleada incluso para que profesionales veterinarios realizaran informes adicionales evaluando el comportamiento de cada animal y las consecuencias derivadas de permanecer atado. Además el modelo de vigilancia impide generar el llamado "Pacto de silencio", la falta de colaboración vecinal a la hora de denunciar actos de maltrato o abandono animal que se viene reproduciendo en decenas de casos, como el gato recientemente ahorcado en Xunqueira de Ambía (Ourense) o el felino también maltratado en Baiona (Pontevedra), delito del que todavía no se conoce autor.

 

En este sentido los defensores de los animales censuran la falta de interés de la Xunta para atacar una problemática que se reproduce en toda la comunidad, tanto en zonas urbanas como rurales, y que somete a los animales a condiciones de maltrato. Mantener a un animal encadenado de por vida o durante largas jornadas provoca problemas de socialización, haciéndolo más agresivo o miedoso ante estímulos externos como un simple saludo de un senderista, además de generar estereotipias, los movimientos repetitivos que suelen documentarse en animales cautivos en parques zoológicos. "Todo ello sin contar con heridas físicas que puede provocar la cadena o el collar empleados para situar al animal en un espacio reducido, muchas veces sin refugio ni una alimentación pautada, lo que suma nuevas infracciones a este tipo de casos", concluye el comunicado.

Plantean usar drones para detectar perros encadenados permanentemente