viernes. 29.03.2024

Los psicólogos advierten de que no es buena idea plantear este periodo de encierro y escasa actividad como un "paréntesis" y fantasear con los planes que haremos cuando la vacuna permita cierta vuelta a la "normalidad" previa a la covid. La creciente desazón, ansiedad e incertidumbre ante lo desconocido que vive la población tras la llegada de la covid ha llevado incluso a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a alertar sobre la llamada "fatiga emocional" o "fatiga pandémica", que la organización calcula que ya afecta al 60 por ciento de la población europea.

 

Los expertos en psicología llaman a utilizar algunas herramientas para afrontar el invierno pandémico que tenemos por delante, entre las que no debería estar "desconectarse de la realidad presente y pretender hacer planes con fechas concretas del estilo: el viaje que no hice en 2020 lo haré en 2021", ha explicado a Efe Elena Requena, doctora en Psicología por la Universidad de Barcelona.

 

"Es importante no pensar demasiado en el futuro, ponerse metas, pensar en si podré viajar a dónde quiero el próximo verano. Todo eso en la situación actual donde la incertidumbre es tan grande puede ser frustrante", ha explicado la también colaboradora de la Fundación Pere Tarrés.

 

Para Requena, "hay que tener esperanza, pero no puede ser falsa, infantil e idealizada; es mejor vivir el momento y hacer planes a corto plazo". Igual opina José Ramón Ubieto, psicoanalista y profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que apunta que la primera estrategia individual que debemos poner en marcha es "darnos cuenta que no era un paréntesis, y de ahí el hecho de que la nostalgia, si alguien confiaba, sea estéril, al igual que la espera pasiva".

 

"Nadie vendrá a salvar, ni con su carisma ni con sus invenciones tecnológicas. Y, además, lo que se ha perdido ya es irrecuperable como tal", ha apuntado Ubieto, quien añade que "en contra de lo que pueda parecer, este enfoque no es negativo ya que nos permite hacer nuevos planes ajustados a las posibilidades". Para Requena, no hay duda de que "este confinamiento (de segunda ola) es más duro que el anterior porque aunque no es tan estricto, a diferencia del anterior, ya no vemos tan cerca la luz al final del túnel".

 

"En marzo pensábamos que al final del verano todo habría pasado. Ahora vemos que no es así. Ahora al miedo característico de entonces le sumamos la incertidumbre, un sentimiento que las personas del llamado primer mundo gestionamos peor", ha añadido. La experta ha destacado que hasta la covid-19 "vivíamos en la fantasía de que podíamos controlar nuestra vida, que podíamos plantarnos en el otro lado del mundo si queríamos, y ahora vemos que no es así".

 

Requena ha llamado a retomar los buenos hábitos y rutinas ya interiorizados del primer confinamiento, como el descanso adecuado y el ejercicio físico, para encarar adecuadamente este invierno de encierro parcial, así como a "dejar que la pandemia nos enseñe algunas lecciones".

 

"Más allá de vivir el momento presente, confío que aprendamos a disfrutar de las pequeñas cosas que sí tenemos en nuestra mano", ha dicho la psicóloga, que llama a huir de "catastrofismos". Si bien ya existe un número creciente de personas que a causa de la pandemia sufre elevados niveles de angustia, estrés y depresión, Requena augura un aumento de las patologías de salud mental a medio y largo plazo y el agravamiento del pronóstico para aquellas personas que antes de la covid ya sufrían alguna enfermedad. La llamada fatiga pandémica perdurará más allá de la vacuna, prevén ambos expertos.

No debemos fantasear con lo que haremos tras la vacuna, dicen los psicólogos