jueves. 28.03.2024

El pasado fin de semana la Sala Capitol de Santiago de Compostela acogió un multitudinario concierto de rap en el que se juntaron, por primera vez en Galicia, dos de los grandes nombres de la escena, el colectivo madrileño Agorazein y el rapero granadino Dellafuente. Apenas unas horas después de este evento, Dellafuente conversa con Efe para compartir sus opiniones sobre su carrera y sobre una gira en la que porta nuevo disco bajo el brazo, "Ansia Viva", el cual amaga con catapultarlo como el referente de la música urbana española, un estilo que lleva ya años llamando, sin respuesta, a las puertas de los medios de masas.

 

"O se reciclan muy bien reciclado, o les queda poco", advierte sobre las discográficas y demás agentes del deteriorado mercado musical, que ve como los grandes talentos actuales huyen de sus tentáculos en la procura de una mayor libertad. "Hoy en día, para triunfar en la música, es que no hacen falta ni discos", considera "El Chino" -como le conocen los cercanos-, que incide en que "gracias a Internet tienes distribución digital, que es lo que se vende. La gente no compra discos físicos".

 

Por ello, ve complicado "a corto plazo" el futuro de la industria musical tal y como se conoce si no se abre a las nuevas tendencias del mercado. A su vez, Dellafuente explica sus razones para no entrar a formar parte de un circuito del que no duda en admitir que le podría haber ayudado a conseguir un mejor sonido en su último trabajo, "Ansia Viva". "Si hubiera una mano detrás, de un sello discográfico potente, que son profesionales que ya llevan años y años haciéndolo, seguro que sería muchísimo mejor", asume, pero reitera su negativa por razones de otro calado.

 

"Es por el tema económico. Se quieren llevar hasta el alquiler de mi piso", critica, a lo que añade: "En lo de hacer música no se meten, pero se meten en otras cosas que yo creo que no tienen por qué meterse". Así pues, Dellafuente se autodefine como "un novato" en el proceso de producción musical, algo que, aunque pueda lastrarlo en algún apartado, considera que le aporta "más pureza" a su creación. La pureza es otro de los temas que el granadino se plantea habitualmente en medio de su camino desde su faceta como desconocido con un canal de YouTube hasta llegar a ser un artista de referencia. Él mismo cuenta que su trabajo se ha vuelto, en cierta manera, no comercial, pero sí "más profesionalizado", mientras que "antes era más suelto, más puro". "Desde el desconocimiento y desde la ignorancia lo hacía más a mi manera todo", expresa, para a continuación reconocer que en la actualidad, pese a tener absoluta libertad, crea en base a "unos cánones" ya preestablecidos. "Es la evolución por inercia", el paso de amateur a profesional, concluye. No obstante, Dellafuente se dice satisfecho de sus últimos pasos y del resultado que han tenido, ya que realmente el impacto de sus últimos temas ha sobrepasado sus expectativas. Su música resulta difícil de describir en un espacio breve, ya que mezcla influencias flamencas y latinas con la agresividad del rap, el trap y las bases electrónicas, conformando una amalgama que se convierte, sin duda alguna, en su seña de identidad. A modo de eslabón intermedio entre la raíz flamenca de Diego El Cigala y el reggaetón comercial de J. Balvin se halla Dellafuente, clasificado por él mismo en un estilo que tacha de "música folclórica atemporal" y del que, por el momento, es el único intérprete. Su producción artística lo circunscribe al terreno del rap, pero, sin embargo, reniega de los valores de los que esta música hace bandera. "Nunca me he identificado con los valores del rap nacional y digamos que yo tengo los míos, con los que me identifico y a los que no debería de fallar", sostiene El Chino, que en sus letras canta, con ciertas concesiones, al espíritu de superación, al sacrificio, a la familia, a la humildad y, a modo de resumen, a todo aquello con lo que creció en su Granada natal. "Tampoco es flamenco. Es más la vida en sí", declama sobre su escala de valores, en la que, "más que la música", prima todo aquello que ha experimentado desde su infancia hasta ahora. Pese a no querer definirse tampoco como flamenco, Dellafuente sí tiene una profunda conciencia sobre esta música, que "siempre se ha ido renovando a lo largo de los años", tercia. "No somos conscientes, pero ahora estamos viviendo otra renovación y somos parte de ello", enuncia, y engloba en este apartado a gente como su compañero de gira, Maka, o a la joven cantaora de éxito, Rosalía, exponentes de lo que podría ser la escena de nuevo flamenco. "Lo que no veo es que haya los suficientes artistas como para hacerlo ahora mismo", lamenta, después de ser preguntado sobre la posibilidad de un resurgimiento de este estilo en la música de masas, aunque, en todo caso, insiste en que "es el momento" de que ocurra. En cuanto a su propio futuro, Dellafuente titubea antes de responder, sabedor de que está inmerso en múltiples proyectos, de los cuales no puede desvelar demasiado, y de que, aun así, tampoco existe una dirección de destino hacia la que avance. "A grandes rasgos, voy a seguir la línea que estoy siguiendo ahora", resume, y retoma su ya sabido objetivo de, algún día, poder conformar una banda, pero no de rap, ni de flamenco "ni de ningún género en concreto", simplemente de música. Sobre el día a día, sí manifiesta que le gustaría dedicarse "más a hacer cosas nuevas que a la gira". "Yo disfruto más creando música que interpretándola", sentencia, aunque matiza que "hay veces que tengo muchas ganas, pero de dar solo un concierto, quitarte el mono y disfrutar", mientras que, cuando son tantos, como en esta gira, "a veces te ves forzado".

Dellafuente, flamenco y rap desde Granada para derribar la industria