viernes. 29.03.2024

Javier Arca, un trabajador de Alcoa San Cibrao (Lugo), planta que cuenta con más personal que las de A Coruña y Avilés juntas y que está bajo amenaza de cierre, da el salto a la política este 28A como número dos de En Marea al Congreso por Lugo.

 

Con 40 años, únicamente lleva uno y medio trabajando en la mencionada factoría, casi la peor etapa, aunque siempre ha estado unido a ella porque su padre estuvo de empleado en la misma desde que ésta abriese sus puertas un 6 de octubre de 1980, fecha que supuso el despegue de la economía de la zona de A Mariña, en la que está enclavada.

 

En su caso, antes de adentrarse en el mundo del aluminio, Javier Arca tampoco tenía nada que ver con la política aunque le gustaba y, "nada más lejos", detalla en una conversación con Efe, para añadir que era autónomo, con unas condiciones precarias, y que tenía la mente ocupada en eso.

 

No en vano, cuenta que no se pensó dos veces la oportunidad que para él supondría iniciar una carrera laboral en la fábrica de San Cibrao en cuanto fue viable. Esperanzas e ilusiones que, en parte, se ven amenazadas ahora, demasiado rápido, relata, después de que la multinacional anunciase un ERE extintivo en las plantas de A Coruña y Avilés y pusiese el foco también en la propia viabilidad de la fábrica lucense, con la explicación de "existencia de un riesgo", apunta.

 

Pese a su querencia por la política, sin dedicación, nunca ha estado afiliado a un partido. Pero Arca sí ha visto, por las "fábricas compañeras", el papel que los partidos pueden jugar ante situaciones como las que a nivel laboral y personal experimenta ahora. De entre todo el espectro posible, En Marea, una coalición que en su momento antes de las escisiones integraba a Podemos, Anova e Izquierda Unida, es el grupo que le hizo sentirse "identificado" y "respaldado", por lo que se animó a dar el paso de sumarse a la formación comandada por el juez Luís Villares y aportar su punto de vista desde la experiencia de alguien ajeno a ese mundo "pero pegado a los problemas de la calle".

 

"Las personas de a pie tienen que tomar la iniciativa. Todos tenemos que entender un poco de política; cuando vas a la compra, cuando vas al médico y situaciones como la de Alcoa... Todo eso está regido por la política", y, por ello, aboga Javier Arca por una implicación mayor desde todos los sectores que conforman la economía productiva en el país. A su juicio, en las instituciones son más útiles las personas que han tenido que hacer frente a los conflictos a los que se les debe buscar solución que aquellos que él denomina "políticos profesionales".

 

El perfil de "político profesional debería desaparecer" porque "cuatro años u ocho años" en un cargo tendrían que ser suficientes para conseguir el fin que los llevó a la política y, si no es así, "el siguiente".

 

"Aprovecharse del cargo tendría que ser sancionado", sentencia Arca. De igual forma, hace una encendida defensa de los partidos "pequeños" y "apegados a su tierra" que, tal y como, dice, hace En Marea, están pendientes del día a día y del porvenir de los vecinos de cualquier parroquia o aldea de los territorios más olvidados y que son "los que más necesitan tener voz". Por ello, insiste en la importancia de que los "partidos pequeños y regionalistas" consigan presencia y visibilidad en el Congreso; sin ellos, "los grandes, los de siempre, PP y PSOE, no atenderían las demandas".

 

Si consigue llegar a ocupar el escaño que ansía, su paso por la política activa será "breve" pero, -promete-, "eficiente", tanto para Galicia como para la industria en general.

Un trabajador de Alcoa debuta en política el 28A