viernes. 19.04.2024

El presidente de la Diputación de Lugo, Darío Campos, reconoció este viernes que no se enteró "de los insultos" proferidos por el diputado socialista y alcalde de Pol, Lino Rodríguez Ónega, contra el regidor de Becerreá y diputado no adscrito, Manuel Martínez, en el último pleno de la institución provincial, hasta que una vez finalizada la sesión pudo ver la grabación de lo sucedido. Lamentó ante la prensa, en todo caso, lo que pasó, y expresó su deseo de que algo así "no vuelva a repetirse", habida cuenta de que el regidor de Pol supuestamente le llamó a Martínez "hijo de mala madre", "merdán" y lo mandó "a tomar por el culo", además de dirigirle varios cortes de manga.

 

"Evidentemente, no es la situación que yo desearía", dijo Campos, quien lamentó en todo caso "el mandato penoso" que ha protagonizado la oposición, porque ha hecho una política "destructiva" y basada en la "provocación". De hecho, Campos aprovechó para decir que se siente "orgulloso del trabajo hecho" en estos últimos años, mientras que la oposición se dedicó durante todo el mandato "a poner trabas" para impedir el desarrollo de proyectos "pioneros" como el Centro de Recría de Castro o la apertura de las residencias de la tercera edad.

 

En cuanto a las residencias de la tercera edad y a la decisión del Juzgado de lo Contencioso Administrativo, que no estimó la petición de paralización cautelar de apertura de esos servicios formulada por el Partido Popular y Manuel Martínez, aseguró que el gobierno provincial está siguiendo al pie de la letra el criterio de los "técnicos" de la institución. "Todos los informes jurídicos de esta casa van en la misma dirección", dijo Campos, quien aseguró que él como presidente siempre hizo "caso a los técnicos". Desde su punto de vista, en la actuación del Partido Popular y de Manuel Martínez "no hay buena fe", porque "lo que les duele es que conseguimos abrir una residencia" y también "el centro de recría", al que "solo le pusieron problemas".

Campos: "No me enteré de los insultos"