viernes. 29.03.2024

Condenado a 3 años y medio el extesorero de CIG por apropiarse de 135.000 €

 redacción .- La Audiencia de Pontevedra ha condenado a tres años y seis meses de prisión a Juan Carlos F.R., extesorero de CIG, por un delito continuado de apropiación indebida de 134.875 euros de la caja del sindicato, y otro de falsedad en documento mercantil. En su sentencia, recurrible ante el Tribunal Supremo, la sección quinta de la Audiencia provincial le impone a Juan Carlos F.R. una indemnización por la cantidad exacta que desvió de una de las cuentas de la CIG a una que compartía con su pareja, además de sendas multas de 1.440 y 1.080 euros.

redacción .- La Audiencia de Pontevedra ha condenado a tres años y seis meses de prisión a Juan Carlos F.R., extesorero de CIG, por un delito continuado de apropiación indebida de 134.875 euros de la caja del sindicato, y otro de falsedad en documento mercantil.

En su sentencia, recurrible ante el Tribunal Supremo, la sección quinta de la Audiencia provincial le impone a Juan Carlos F.R. una indemnización por la cantidad exacta que desvió de una de las cuentas de la CIG a una que compartía con su pareja, además de sendas multas de 1.440 y 1.080 euros. El fiscal pedía para el extesorero cinco años solo por el delito de apropiación indebida, y la acusación particular, seis años y tres meses, incluido el de falsificación documental.

El tribunal considera probado que este exempleado de la secretaría de finanzas de la CIG en Vigo aprovechó que tenía las claves de banca electrónica para transferir a su cuenta 134.875 euros en continuas operaciones, de septiembre de 2007 a diciembre de 2010, "sin estar autorizado para ello" y con ánimo de lucro. Como también que el acusado remitió, a principios de 2011, al responsable de finanzas del sindicato, Ramiro O., un extracto de movimientos falsificado cuando aquel le pidió que transfiriera 100.000 euros de una de las cuentas que gestionaba a la usada por la CIG para realizar los pagos y le contestó que no tenía fondos. Juan Carlos F.R. alegó en el juicio que tenía la autorización de sus superiores para hacer transferencias a su favor para disponer de una caja B para realizar pagos en dinero negro a proveedores y para dietas.

Sin embargo, el tribunal da "plena credibilidad", por su "claridad, firmeza y contundencia" a las explicaciones dadas en la vista por Ramiro O., que complementa con la declaración, también como testigo, del secretario de comunicación y propaganda de CIG, Francisco M. Éste corroboró que el acusado reconoció los hechos cuando él y Ramiro O. se reunieron con él, y que alegó problemas con varias hipotecas, una de la vivienda de sus padres.

La Audiencia de Pontevedra considera "desvirtuada" la versión de Juan Carlos F.R. de que la finalidad de los traspasos a su cuenta era generar una caja B para el sindicato. Se remite, entre otras cuestiones a que la defensa no aportó justificación documental alguna de esos supuestos pagos en negro -citó a empresas de limpieza y de publicidad, y al pago del alquiler de varios locales-; y a que en la cuenta de destino tenía domiciliadas facturas de orden doméstico. Asimismo, recalca que el propio extracto falsificado que presentó a su superior constituye un "importante elemento incriminador".

En su declaración, el extesorero insistió en que sus superiores eran "perfectamente conocedores" de estas prácticas y admitió que se "pilló las manos" al colaborar con las mismas. El responsable del departamento de finanzas de CIG negó categóricamente los pagos en dinero negro y aseguró que "todo pasa por el banco y por la cuenta de gestión" del sindicato, principalmente para "evitar tentaciones".

Aunque luego acabó reconociendo que se pagaban determinados servicios, como el de limpieza o el de publicidad, con talones, primero por una cuantía máxima de 600 euros, y más adelante, por encima de esa cifra. En sus conclusiones, el abogado de la CIG tachó de "ceremonia de la confusión" la declaración de Juan Carlos F.R. en su intento de denunciar pagos en dinero negro dentro del sindicato, e hizo hincapié en que "abusó de la confianza" de sus superiores. La defensa, por su parte, subrayó la "imprudencia" de su cliente por "prestarse" a estas prácticas, y su "falta de previsión" al no conservar un solo documento que acredite los supuestos pagos en B.

Condenado a 3 años y medio el extesorero de CIG por apropiarse de 135.000 €