jueves. 28.03.2024

La familia de Diego Bello Lafuente, de 32 años, que murió el pasado 7 de enero en Filipinas a manos de la policía en una operación antidroga, ha expresado este viernes su "más sentido agradecimiento" a las administraciones españolas por sus gestiones ante las "incongruentes versiones de los hechos".

 

En un comunicado remitido a la Agencia Efe, la familia del joven coruñés también ha agradecido a la alcaldesa de la ciudad, Inés Rey, que esté haciendo "todo lo que está en sus manos para esclarecer las extrañas circunstancias en las que falleció Diego". Bello Lafuente residía temporalmente en Siargao, una isla situada 800 kilómetros al sureste de Manila, y era muy popular entre surfistas, donde tenía varios negocios relacionados con el turismo. La policía filipina afirma que Bello era un "traficante de drogas de alto valor" que llevaba encima 10 gramos de cocaína y 30.000 pesos filipinos en billetes marcados (600 dólares) y valoró la acción como una "operación exitosa en la lucha contra las drogas".

 

Tras citar a las administraciones locales, autonómicas y estatales, y en concreto al personal diplomático de la embajada de España en Filipinas, la familia de Diego ha querido dejar constancia de que "en ninguno de los países en los que residió estuvo involucrado en incidente alguno, mucho menos con el tráfico de estupefacientes o tenencia de armas, de los cuales se le acusó inicialmente, y muestra de ello es su falta de antecedentes".

 

Sin embargo, y "por las incongruentes versiones de los hechos", la familia de Diego ha querido dejar constancia de que "fue desde muy joven una persona sana, deportista y un gran trabajador que residió en diferentes países del mundo compaginando sus aficiones con su espíritu emprendedor". Su carrera profesional, recuerda su familia, se inició como empleado en hostelería y en tiendas de ropa, pero atraído por sus dos grandes pasiones, el surf y el buceo, vivió en países como Tailandia, Australia y Honduras, hasta establecerse, finalmente, hace dos años y medio en la isla filipina de Siargao.

 

Allí inició su etapa como empresario, donde fundó un restaurante, dos tiendas de ropa, un estudio de tatuajes y un negocio de guías turísticos, y todas estas empresas las constituyó conforme a la legislación filipina, la cual obliga a los extranjeros a tener socios locales en cada uno de los negocios, sostiene el comunicado. Los familiares de Diego Bello han compartido su profundo dolor por esta pérdida y han agradecido también a todos los allegados que están a su lado en estos momentos tan difíciles.

La familia de Diego Bello agradece las gestiones para esclarecer su muerte