viernes. 29.03.2024

Su nombre es Paquita Salguero y todos los que la conocen saben de su gran devoción por las celebraciones. Este jueves ha soplado 106 velas y ha tenido una fiesta, no como siempre, de otro modo. Sus vecinas le han organizado una sorpresa en el patio de luces de su edificio, situado frente al bello puerto de A Coruña.

 

La protagonista del aniversario tiene agilidad y "una vitalidad a prueba de bomba", admite ella misma en una conversación con Efe, por WhatsApp, herramienta que maneja como nadie, con una impresionante soltura. De hecho, prefiere escribir mensajes antes que mantener una conversación telefónica, pues su capacidad auditiva no le permite enterarse bien por esa vía. Por lo demás, su estado de salud es "perfecto".

 

Debido al decreto de alarma la súper centenaria no ha podido conmemorar tan importante cifra como habitualmente hacía, a lo grande, con sus amistades, pues tiene la manía de "disfrutar de todo", apunta. "Me gustaría celebrarlo porque tengo la costumbre de disfrutar de todo lo que se presente", relataba Paquita antes de conocer todo lo que habían preparado para ella. Y así ha sido. Una jornada maravillosa para una anciana que en ningún momento llegó a ponerse triste por pasar este 7 de mayo de una manera tan diferente. Su carácter ayuda, "porque no me parece mal nada". Así habla de sí misma.

 

Diferentes versiones del cumpleaños feliz y canciones de tuna como "Clavelitos" resonaron esta tarde, cuando los moradores de su edificio se asomaron entre aplausos al patio, decorado con numerosos globos y una gran pancarta, para ofrecerle el festejo más original que ella se habría podido imaginar. "Veo la vida de color de rosa. ¡Y que no pierda la alegría de seguir viviendo dándome cuenta de que la vivo!", desea esta súper centenaria, muy agradecida y que, desde luego, no pierde el ánimo en cada frase que discurre.

 

Arropada por la comunidad vecinal y por su sobrina Carmina, con la que vive, esta gallega, que se define como una persona "muy optimista", desprende felicidad y un sorprendente dinamismo más propio de una adolescente, como ella misma reconoce y le gusta escuchar. "Me encuentro igual que cuando tenía 18, claro, con menos conquistas, pero con el mismo humor y optimismo que el día que cumplí la mayoría de edad", comenta. Su día a día no ha empeorado con el paso del tiempo.

 

Sale, pasea, lee, escucha y se ríe con muchísima frecuencia. Goza de buena salud, pues, como ella dice, "gracias a Dios" solo toma "una pastilla al día para que se ablanden las comidas" que ingiere. Paquita Salguero nació en 1914 y vivió hasta los 13 años en cinco faros diferentes. "La niña de los faros" es, precisamente, como quiere titular su biografía su amigo Jesús Fraiz, reconocido especialista internacional en el estudio de la longevidad, que le entregó este año a Paquita precisamente el diploma de súper centenaria, distinción otorgada a aquellos que superan las 105 primaveras.

 

Los padres de esta cumpleañera fallecieron cuando ella era pequeña y residió con su tío, que era farero, en distintos puntos de la Costa da Morte, como en Malpica o las Islas Sisargas, cuenta a Efe, de ella, este psiquiatra, que quiere plasmar las vivencias de Paquita en un libro. Salguero habitó también en el faro de Cabo Torres en Gijón y cuando era una adolescente se asentó en la ciudad herculina, donde todavía se encuentra, disfrutando del don de la larga vida. "Todo gracias a Dios, que es el que me dirige mis pasos", zanja Paquita en un ágil intercambio de mensajes. El mundo, ahora en desescalada, cambia muy rápido. A veces, con la misma celeridad con la que ella teclea.

Las 106 velas de la "wasapera" Paquita, con una energía "a prueba de bomba"