Una monja imputada en la denominada Operación Bebé, causa en la que se investiga si se dieron supuestas adopciones irregulares en Lugo con la presunta connivencia de funcionarios de menores y religiosas, ha rechazado la existencia de presiones para que los menores fuesen dados en prohijamiento.
El juzgado de instrucción número tres de Lugo reactivó las diligencias de esta causa judicial y Sor Isabel, en el testimonio prestado hoy, ha contado que en el Hogar Madre Encarnación, que dirigió desde 2002 a 2008 y en el que acogía a mujeres maltratadas, prostitutas, inmigrantes, embarazadas y con problemas sociales, jamás hubo intimidación en ese sentido.
Ha señalado que habría de 10 a 12 adopciones, que recuerde, pero hijos de madres acogidas serían "dos o tres", y en ninguno de los casos hubo conminación, dado que no se ejerció presión sobre ninguna madre para que diese a sus hijos, ha contado, según han informado a Efe fuentes jurídicas. Ha relatado que en el centro, que regentan las hermanas franciscanas del Rebaño de María, se intentaba dar lo mejor, a nivel de cariño y maternal, y también "estabilidad".
Se les ofrecía, además, ha proseguido, "ayuda" a las madres, inclusive con el cuidado de sus retoños, y ha rechazado ante las preguntas formuladas -ha contestado las hechas por todas las partes personadas- que se les suministrasen a los críos fármacos no recetados por sus pediatras o ansiolíticos, porque no se les daban medicamentos sin prescripción, ha recalcado.
También ha negado calificativos como "fiera enjaulada" o "histérico" para referirse a los pequeños. El juez instructor, Sergio Ortuña, citó a ocho personas para prestar declaración entre este jueves y la jornada correspondiente a este viernes, después de suspender las declaraciones que habían sido señaladas para los días 25, 28 y 29 de enero, precisamente porque él mismo tuvo que ausentarse.