Agentes de la Policía Nacional han registrado, sin éxito, una finca colindante a la playa de Coroso, en Ribeira (A Coruña), tras la denuncia de un vecino que contó que hace un año, cuando desapareció la joven Diana Quer, creyó haber visto cómo enterraban algo en ese solar.
Fuentes de la investigación han señalado que en este rastreo hubo perros entrenados en la búsqueda de restos humanos y corroboraron que la persona que aportó esta pista la facilitó al constatar que habían desbloqueado el teléfono de la chica, a la que se le perdió el rastro en el municipio vecino de A Pobra do Caramiñal en el que veraneaba, por si podía servir de algo.
Los equipos de investigación de la Guardia Civil siguen analizando el contenido del móvil de la muchacha, que ha sido desbloqueado por una empresa en Alemania.
