sábado. 20.04.2024

Una mujer acusada de matrimonio ilegal y estafa dice que la víctima le pagó

La mujer que este miércoles se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Lugo por haber estafado supuestamente a un cliente del prostíbulo en el que trabajaba y haber contraído matrimonio con él de forma ilegal, reconoció este miércoles en la vista oral que aceptó su propuesta matrimonial para residir legalmente en España, pero aseguró que todo el dinero que le pagó fue por sus servicios.

La mujer que este miércoles se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Lugo por haber estafado supuestamente a un cliente del prostíbulo en el que trabajaba y haber contraído matrimonio con él de forma ilegal, reconoció este miércoles en la vista oral que aceptó su propuesta matrimonial para residir legalmente en España, pero aseguró que todo el dinero que le pagó fue por sus servicios. Durante su declaración, la acusada explicó que conoció al hombre, un ganadero de As Nogais, cuando trabaja en un club ubicado en el municipio de O Corgo, un establecimiento al que él acudía de forma asidua y reclamaba sus servicios sexuales.

 

Precisó que, en un momento determinado, él le “ofreció matrimonio” y ella “acabó aceptando” porque estaba “en situación ilegal” en el país y ese enlace le permitiría “tener papeles”; pero también le aclaró a su futuro marido que ella “tenía que seguir trabajando” en el burdel, porque tenía “una deuda” con el dueño del club y “tres hijas” de las que ocuparse en Brasil.

 

Negó en todo momento que hubiese retirado dinero de las dos cuentas que la supuesta víctima tenía a su nombre, con una cantidad ahorrada entre ambas próxima a los 27.000 euros, y dijo que ella solo le cobraba por los servicios que le prestaba, además de precisar que “en el club era obligatorio”. “Me pagaba por mi trabajo. Todo lo que pagaba él era por estar conmigo”, insistió, aunque sí reconoció que ambos formalizaron un crédito por importe de 11.000 euros para costear una intervención quirúrgica de una de sus hijas, préstamo que acabó pagando él.

 

El ministerio fiscal pide para ella un año de cárcel por el delito de matrimonio ilegal y otros cinco años de reclusión por el de estafa. La Fiscalía asegura que el hombre, que padece esquizofrenia paranoide, tiene una “inteligencia en el límite bajo de lo normal y un aplanamiento afectivo”, circunstancias que lo hacían “manipulable” y limitaban “de forma grave su capacidad para prestar consentimiento matrimonial”.

 

La acusada, que lo conoció en el prostíbulo en el que trabajaba, quiso aprovecharse de esas circunstancias para “conseguir la legalización de su estancia en España” y apoderarse de los ingresos de la víctima, para lo que decidió “contraer matrimonio” con él, en una ceremonia oficiada en 2007 en Lugo. Ambos nunca llegaron a convivir, precisa el ministerio público, y aunque la víctima acudía una vez por semana al establecimiento donde ella ejercía la prostitución, el hombre “tenía que pagar” como un “cliente” más las relaciones sexuales que mantenía con ella.

 

A instancias de la Fiscalía, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Becerreá declaró la nulidad judicial del matrimonio por “falta de válido consentimiento”, dado que la víctima “se encontraba emocionalmente en absoluta dependencia” de la mujer y esta había “simulado el consentimiento en su propio beneficio”. Según ese mismo relato, la acusada logró compartir la cuenta bancaria con su marido y después de solicitar dos créditos por importe de 25.000 euros, se quedó con el dinero y “en gran parte” fue enviado a Brasil.

 

El perjudicado cifra en unos “30.000 euros” el dinero que llegó a estafarle, dado que también le entregó otras cantidades que percibía por los ingresos de la ganadería familiar, las subvenciones de la Xunta de Galicia y su propia pensión de invalidez. La abogada de la defensa, Marisol Lence, confirmó su intención de pedir la “libre absolución” de la procesada, porque fue acusada por “matrimonio ilegal”, cuando “según el Código Penal, matrimonio ilegal es el que se contrae para perjudicar al cónyuge”.

 

“En este caso no fue para perjudicar al cónyuge. Ella reconoció en todo momento que fue para le diesen los papeles para poder vivir aquí”, aclaró. En cuanto a la supuesta víctima y a la acusación de estafa, recordó que “estamos hablando de un ganadero, una persona de cuarenta y pico años con graduado escolar, que manejaba él solo una explotación de ganado vacuno, con todo lo que eso supone de compras, ventas y papeleo. Y que además llevaba treinta años siendo cliente habitual de prostíbulos”. En se sentido, sostiene que “engaño aquí no hubo en ningún momento. Él sabía por lo que pagaba y fue por lo que pagó”.

Una mujer acusada de matrimonio ilegal y estafa dice que la víctima le pagó