jueves. 18.04.2024

Tres ciclistas que bajaron por un camino de los montes de Valladares, en Vigo, antes de que D.G.V. sufriera una caída en la que quedó parapléjico en 2014 han relatado hoy que aparte de una piedra de gran porte colocada después de un salto, contra la que chocó la víctima, vieron otras dos tras sendas curvas.

 

Estos tres ciclistas han manifestado en la segunda jornada del juicio contra el vicepresidente de la comunidad de montes de Valladares y tres operarios de mantenimiento, que no se accidentaron porque descendieron por esa zona a velocidad reducida, cuando no caminando, porque a uno de ellos se le rompió la cadena de la bici. Además, antes de adentrarse por ese camino, se toparon con los tres operarios acusados, quienes les advirtieron de que no circularan por esa zona porque había obstáculos que había colocado el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil, y que estaban poniendo multas.

 

Cuando llegaron a una pista en la que desemboca este camino se encontraron con dos jóvenes que les advirtieron de que más adelante habían talado a medias árboles que atravesaban otro camino también frecuentado por ciclistas y que habían llamado a la Policía Local para denunciarlo y para que precintaran la zona por seguridad. Estos dos ciclistas también han declarado como testigos y han señalado que entre media hora y una hora antes habían bajado por el camino en el que se accidentó D.G.V. y que no habían visto ninguna piedra atravesada.

 

Asimismo, han indicado que se encontraron con los tres operarios y con el vicepresidente de la comunidad de montes de Valladares, pese a que éste declaró que ese día no estuvo en la zona, y que fue él quien les advirtió de que no podían circular por allí con las bicis y que estaban "hasta las narices" de ellos.

 

En este punto, uno de los dos ciclistas ha reconocido, tras las preguntas de los abogados de la defensa, que no podía identificar plenamente a este acusado, José A.C., pese a haberlo hecho inicialmente. Estos dos jóvenes también han relatado cómo los operarios -no han sabido precisar con exactitud cuántos- remontaron a pie el camino en el que se produjo el accidente, mientras que otras personas se marcharon en sendos vehículos, todo ello antes de que dieran con ellos los tres ciclistas que sí vieron las piedras atravesadas.

 

La presidenta de la comunidad de montes de Valladares ha ratificado la declaración de los acusados en cuanto a que no existía animadversión con los ciclistas que utilizaban las pistas forestales para practicar este deporte, y que, si acaso, había habido algunas quejas con respecto al tránsito de motos. También ha detallado que la tarde en la que se produjo el accidente se presentó en el local de la comunidad de montes un vecino que acusaba a los comuneros de destrozar los caminos que utilizaban los ciclistas y que se produjo una discusión entre éste y uno de los acusados, José A.C.

 

Ese vecino en cuestión ha indicado que se personó allí para recriminarle a los comuneros su supuesto sabotaje de los caminos y que José A.C. reconoció que él era el responsable y que no quería que los ciclistas circularan por la zona. También ha contado que al día siguiente fue al camino donde se produjo el accidente y que la piedra contra la que tropezó D.G.V. "no pudo subir sola" hasta quedar bajo el salto y que se veía claramente el hueco desde el que había sido arrastrada. Asimismo, se acercó a otros caminos donde habían talado a medias árboles, así como un roble de mayor porte que estaba atravesado en medio de una senda.

 

Los acusados declararon en la primera jornada del juicio que el día del accidente, el 4 de septiembre de 2014, trabajaron en la retirada de piedras de una pista que daba acceso a un terreno particular y que talaron árboles, pero no donde se produjo el accidente. También indicaron que las talas se realizaron en una zona de monte y que en ningún caso obstaculizaron ningún camino. Según se recoge en el escrito de acusación de la Fiscalía, que pide para cada uno de los acusados dos años y medio de cárcel, algunos comuneros "no veían con buenos ojos" la afluencia de ciclistas y de practicantes de motocross a los caminos del monte conocidos como Freixo y Cubiles.

 

La Fiscalía los acusa de un delito de lesiones por imprudencia grave y 832.428,44 euros de indemnización para el ciclista, que deberán hacer frente aquellos conjunta y solidariamente y, subsidiariamente, la comunidad de montes de Valladares. La víctima del accidente, D.G.V., estuvo ingresada en un centro hospitalario 191 días y como secuelas le han quedado, entre otras, una paraplejia completa y dolor neuropático dorsal que requiere control y tratamiento por una unidad del dolor. El Instituto Nacional de la Seguridad Social le reconoció en febrero de 2015 la incapacidad permanente en grado absoluto.

Ciclistas que precedieron al accidentado vieron tres piedras en el camino