viernes. 29.03.2024

El cabeza de la Orden y Mandato de San Miguel de Arcángel, conocida como los Miguelianos, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, ha garantizado hoy que seguirá con su obra y no va a parar nunca, "aunque no sea bajo el nombre Orden y Mandato" y tenga que recurrir a otra denominación.

 

Es lo que ha manifestado entre lágrimas Rosendo, en la primera rueda de prensa en cuatro años, después de que el pasado día 5 saliese de la cárcel de A Lama, en la provincia de Pontevedra, porque estaba a punto de cumplir el máximo de cuatro años que establece la ley de prisión provisional.

 

Rosendo, que ha roto a llorar más de una vez durante su intervención de este viernes en Madrid, ha asegurado que ha vivido cosas "muy duras" en la cárcel, que le han dejado "llagas en la carne que no se van a curar". El juicio contra Miguel Rosendo y otras seis personas quedó visto para sentencia a finales de noviembre tras un total de 30 sesiones en las que, además de los acusados, desfilaron por la Audiencia de Pontevedra 118 personas, entre testigos y peritos.

 

La petición del fiscal para el cabeza de la presunta secta es de 66 años por un delito de asociación ilícita, doce contra la integridad moral, cinco de coacciones y tres contra la libertad sexual: uno por agresión sexual y dos por abuso sexual continuado. Rosendo ha negado todas las acusaciones y ha hecho hincapié en que "jamás" abusó de nadie porque el abuso sexual es, para él, "muy, muy grave, y muy doloroso por el respeto que tengo a las mujeres".

 

"¿Cómo podría haber hecho eso?", ha lamentado. Además, ha insistido en que en la presunta secta no se negó la libertad de nadie, y de hecho ha remarcado que la fundación de la Orden se hizo bajo una condición: "que todos fuéramos libres y pudiéramos así ayudar a la gente". Rosendo ha apuntado como posible causa de estas acusaciones contra él los "celos" del capellán de Orden y Mandato Isaac Vega, que fue quien denunció ante la Diócesis de Tui-Vigo -responsable civil subsidiaria de la Orden- la "conducta moral" del líder.

 

A esto ha añadido la posición de algunos "hombres de Iglesia" a los que, según él, no interesaba la obra que realizaban en la Orden porque "no se cobraba nada". "No trato de defenderme, pero por favor como ser humano pido que no se pise la dignidad de mi persona", ha zanjado Rosendo, que ha insistido en que ni es ni fue "líder de nada", y que si aceptó proclamarse fundador de la Orden fue por "un chantaje que en ese momento pareció una simple razón".

 

Por su parte, el abogado de Rosendo, Marcos García-Montes, ha asegurado que esperan una sentencia -que ha adelantado que saldrá el próximo mes de enero- "congruente con las pruebas presentadas". Todas estas pruebas, para la defensa, "echan por tierra" las "mentiras" que se manifestaron en el juicio, calificadas por el letrado como "esperpentos" y "versiones surrealistas".

El líder de los "miguelianos" seguirá con su obra aunque sea con otro nombre