viernes. 19.04.2024

Todavía no es una realidad pero puede que el próximo año los coruñeses disfruten de su ocio, del tráfico o de una tarde de compras de una manera más cómoda en la nueva ciudad inteligente, o Smart City, un proyecto que aspira a hacer felices a los residentes y visitantes de la ciudad. El objetivo es humanizar la tecnología para comunicarse mejor con los ciudadanos, por ejemplo a través del móvil, con el "reto" de que todo lo que se desarrolle en cualquier ámbito de la ciudad enriquezca y nutra al resto.

 

Y es que el proyecto de Coruña Smart City nació con el fin de diseñar un nuevo modelo de ciudad utilizando las nuevas tecnologías para responder desde la administración a la demanda creciente de eficiencia, desarrollo sostenible, calidad de vida y gestión de sus recursos.

 

Diez de los 14 proyectos piloto de Coruña Smart City estarán en funcionamiento en el primer trimestre de 2015, entre ellos los relativos al sistema de información de eventos multicanal -que permitirá a los coruñeses, a través de Internet, conocer la oferta de ocio, cultura y deportes-; visitas guiadas; control de calidad del aire y ruido; riego de parques y jardines; o administración electrónica.

 

Manuel Meijide, director de Ilux, una de las cuatro empresas que conforman la UTE -junto a Altia, R e Indra- encargadas de la plataforma horizontal que funciona a modo de cerebro de la ciudad inteligente, asegura a Efe que este proyecto "no es más ni menos que una ciudad inteligente cuanto más eficiente es" porque "llega al ciudadano de la forma en la que el ciudadano quiere".

 

Junto a Altia que se ocupa de los contenidos y seguridad, R que despliega la red por la ciudad e Indra que se encarga de que la información se sirva de la forma más útil, Ilux es la empresa responsable de la parte visual desde esta plataforma de Smart City, desde la que define los indicadores de ciudad, como "cuán feliz es un ciudadano de A Coruña".

 

"Se puede medir y no a través de una encuesta", explica Meijide. Para ello es necesario contar con un sistema "transversal" en todos los ámbitos de la ciudad. Por ejemplo, el piloto de riego inteligente tendrá en cuenta no sólo cuándo hay que regar los jardines, sino también las horas, si hay agua suficiente en el depósito para toda la ciudad o si va a llover.

 

El servicio de bicicletas, con los puntos donde más se cogen y se dejan de la ciudad, está configurando carriles bici virtuales por los que construir en un futuro los reales, de manera que se ajusten a las necesidades de los ciudadanos. O el confort peatonal, que valora si en determinada zona hay aceras, árboles, sombras, servicios públicos, accesibilidad; también las compras, más fáciles y cómodas con un teléfono móvil georreferenciado, que recibe una alerta de una tienda con una oferta de un artículo sobre el que se había mostrado interés; o la relación entre el mapa lumínico y los robos en diversas zonas de la ciudad.

 

"Realmente, Smart City empieza con las ideas de la gente", asegura Manuel Meijide, porque se ha superado ya esa fase en la que se proporcionaba la misma información a todo el mundo de la misma forma.

 

A través de un sistema 3D, Ilux configura una ciudad espejo, desde la parte de administración, de gestión, hasta la propia del ciudadano, con la idea de "tener una ciudad que tú puedas mover en tiempo real y que sobre ella pasen cosas". Según Meijide, lo que quieren conseguir es poder mezclar toda la información que genera una ciudad de manera integrada y "a la carta, para después, cada uno, poder tener su información, su ciudad".

 

"A cada uno tenemos que darle la ciudad que ellos ven y que ellos viven", precisa el director de Ilux, que apunta "la pregunta más importante de Smart City cuando termine el proyecto: ¿En qué le ha mejorado la vida a cada ciudadano de la ciudad?", a la que "cada uno tiene que responder una cosa completamente distinta". Para Manuel Meijide, lo que trata este proyecto es de ayudar a "hacerle la vida más feliz, más fácil al ciudadano, que tenga más tiempo para sus amigos, su familia, su ocio, que se desplace más barato, mejor y más rápido".

 

En este sentido, añade, "tenemos que conseguir ser lo suficientemente eficientes para que, a través de un único canal, toda la ciudad se comunique contigo y tú con la ciudad". La contrapartida es el 'gran hermano virtual' o que "cada vez vamos a estar más monitorizados, es indudable", concluye.

 

Cientos de personas trabajan en este proyecto para las 250.000 personas que viven en A Coruña, así como para las que la visiten, y contará con unos 400 concentradores de información para cubrir sus necesidades. A iniciativa del Ayuntamiento y EMALCSA como solicitante, se consiguió una cofinanciación de un 80 % de los fondos FEDER, en total 11,5 millones de euros.

 

A Coruña, la nueva ciudad a la carta para cada ciudadano