viernes. 29.03.2024

La defensa del acusado del crimen de Outes ha insistido hoy al jurado en la conclusión del juicio en que este actuó en "defensa propia" y con un "trastorno mental transitorio" para defenderse de un "ataque ilegítimo" de la víctima, que estaba en estado de embriaguez. La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha concluido hoy el proceso contra el italiano Mirko S., de 32 años, por unos hechos que ocurrieron en la noche de San Juan de 2011 en la localidad coruñesa de Serra de Outes, cuando Ramón Rúa Míguez, que ejercía de casero, apareció muerto.

 

El abogado de la defensa, Alfredo Losada, ha mantenido sus conclusiones, pues piensa que la prueba practicada implica un veredicto absolutorio al considerar dos eximentes completas, la "defensa propia" y un "trastorno mental transitorio". Ha llamado la atención acerca de que unas "salpicaduras de sangre de la cocina están identificadas como del acusado, que coinciden con la versión que dio siempre" de que "tuvo que defenderse tras ser agredido" con un cuchillo. "Coinciden en que hay restos del acusado en el filo del cuchillo y restos de la víctima en el mango. Son evidencias científicas que corroboran las circunstancias de antes de la muerte del señor Rúa, hay pruebas empíricas y científicas que dicen que hubo una agresión ilegítima", ha indicado.

 

En este sentido, ha esperado que "el jurado evalúe toda la prueba" en un caso en el que el acusado ha asegurado que su casero le exigía felaciones, incluso a punta de navaja, y los testigos han indicado que "era homosexual", que "cuando bebía se ponía violento, que tuvo varios incidentes y que, según dijo un testigo, era una persona mala". "Todo va en la línea de corroborar lo que dijo el acusado, que todo fue una cosa de segundos. Una reacción inmediata, involuntaria y ajena a su voluntad.

 

Nunca quiso matarlo, pero hubo unos antecedentes que tiene que valorar el jurado", ha continuado. De hecho, el cuchillo tenía "veinte centímetros" y la autopsia del fallecido mostró "0,68 gramos de alcohol por litro de sangre", lo que significa que "estaba bebido". La acusación particular, que lleva Ramón Siaba, opina, no obstante, que se confirma todo su "planteamiento" y que "se trató de un asesinato", pues "concurre de una forma clara la agravante de la alevosía".

 

"Todas las pruebas técnicas coinciden en que no hubo ningún tipo de defensa por parte de la víctima, que el crimen fue muy cruel y que no existe ningún tipo de circunstancia eximente para el autor", ha subrayado. Por estos motivos solicita veinticinco años de prisión y 150.000 euros de indemnización mientras que el fiscal deja la pena en veinte años, de los que ya están cumplidos más de tres, porque el acusado está en prisión provisional, y 100.000 euros. El jurado tendrá que deliberar sobre estos hechos y está previsto que durante la tarde de hoy o el día de mañana haga público su veredicto.

El acusado del crimen de Outes insiste en defensa propia y trastorno transitorio