Román Ruiz Alarcón, fiscal jefe de Ferrol, ha solicitado la apertura de juicio oral contra el falso médico José Manuel López Pérez, conocido como Coté. En un escrito remitido al Juzgado de Instrucción número 3 de la ciudad naval, exige para él penas por encima de los 300 años de cárcel.
La Fiscalía cita en el escrito delitos de homicidio por imprudencia grave, lesiones con deformidad, blanqueo de capitales, intrusismo profesional, estafa agravada, falsedad de documentos oficiales y hasta 63 de lesiones con uso de instrumento peligroso, entre otros. El fiscal recuerda que "el máximo de cumplimiento efectivo de las penas de prisión no podrá exceder de 20 años, si bien se interesa que se declare expresamente en la sentencia que los beneficios penitenciarios se refieran a la totalidad de las penas impuestas", ha informado la Fiscalía Superior de Galicia. La acusación se extiende a M.S.R.G., su esposa.
En el caso de Coté, el escrito insiste en que en "los cinco años anteriores a su detención en febrero de 2008 vino atribuyéndose públicamente la condición de médico y ejecutando actos médicos pese a no contar con más estudios que el Bachillerato". El investigado habría "conseguido atraer a su local de Ferrol, al que después sumó otro en Viveiro, a centenares de personas a las que cobraba importantes sumas por falsos tratamientos dirigidos supuestamente a sanar enfermedades reales o inexistentes que ideaba y decía diagnosticar".
Habría empleado para ello "sustancias no especificadas cuya toxicidad no ha llegado a ser determinada", además de realizar "auténticas operaciones quirúrgicas con el consiguiente quebranto de la integridad física de sus víctimas". Las cantidades cobradas habrían oscilado entre los 20 y 100 euros por consulta y los 500 y 15.000 euros por intervenciones, en metálico y casi siempre sin que mediase factura.
El escrito refiere los ejemplos de enfermos por fibromialgia, dolores de cuello y espalda, molestias en articulaciones, esclerosis o problemas pulmonares o coronarios, entre otros muchos; sus remedios, desde inyecciones a biopsias, descargas eléctricas o extracciones de tejidos. También llegó a diagnosticar leucemia, cáncer o artrosis y sugerir tratamientos alternativos y "ficticios" ante operaciones propuestas por el sistema sanitario público a sus pacientes, que buscaban una segunda opinión.
Coté, señala el fiscal, exhibía "decenas de títulos y certificaciones de distintos centros docentes y sanitarios españoles y extranjeros" para aparentar "legalidad" en sus prácticas y darles "cobertura pública".
Por último, se llama la atención sobre el hecho de que sus "ganancias ilícitas" alcanzaron los 4,4 millones de euros por su "actividad delictiva", figurando en cuentas bancarias de tres entidades a su nombre, al de su esposa y al de su madre, ya fallecida. Sobre su cónyuge, "hacía suyos la mitad de ingresos y gozaba de plena disponibilidad de los mismos", pero también "trabajaba en las supuestas clínicas realizando labores administrativas". Se apunta a su condición de colaboradora para "evitar que se conociese la fuente de los ingresos, la identidad de su perceptor y el funcionamiento de las clínicas".