viernes. 29.03.2024

La joven que ha denunciado a un hombre por supuesto abuso sexual tras una noche de fiesta en 2017 en Narón ha alegado que no se acuerda con seguridad de lo ocurrido porque había bebido, pero recuerda ver al acusado encima de ella y pedirle de manera reiterada “no, no, por favor”.

 

En la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia provincial de A Coruña, la víctima, que entonces tenía 17 años, ha relatado que conoció al hombre en la puerta de un pub y su siguiente recuerdo es “estar tirada en un campo en una esquina y él en otra, de pie” y mirándola, instante en el que se vio las medias rotas. También rememora una escena en la que ella estaba “tirada en el suelo llorando” y el hombre estaba encima de ella, mientras que después, cuando estaban caminando, ella quería irse y el sospechoso la agarraba para impedirle que se fuera, ha asegurado.

 

“Era como si mi cabeza fuera por un lado y mi cuerpo por otro”, ha descrito la víctima, que ha admitido que se encontraba desorientada y que “sabía que había pasado algo pero no sabía el qué”. Según han declarado la víctima y su madre, ella todavía está en supervisión de expertos en salud mental dos años después y necesita tratamiento debido al trastorno de estrés postraumático agudo que sufre. También se ha presentado la existencia de una grabación de una llamada que la víctima le hizo a una amiga suya en la que se escucha a la menor llorando y al sospechoso diciendo “tranquila”.

 

Además, la madre en calidad de testigo ha relatado que la primera vez que su hija se encontró con el procesado después de los hechos “lloró muchísimo y le dio un ataque de ansiedad”. Por su parte, el sospechoso de abusar de la menor ha declarado que “ella tuvo la iniciativa del primer beso” y los dos querían mantener relaciones pero no llegaron a hacerlo.

 

El procesado ha argumentado que después de conocerla en la puerta del local ella le pidió que la acompañara a orinar, por lo que se fueron solos al descampado, lugar que, según el relato del acusado, ella consideró oportuno. Según el sospechoso, ella se cayó debido que había bebido y él no pudo agarrarla, por lo que él “la quería llevar a casa”, pero, ha alegado, ella no quería que su madre la viera en ese estado. Asimismo, el acusado ha narrado que ambos querían tener relaciones sexuales y se tocaron, pero que “en ningún momento” intentó “forzarla”, ni le rompió las medias.

 

Durante la sesión, el abogado de la defensa quiso aportar una nueva prueba, un informe psicológico que constata, entre otros aspectos, que el acusado “tiene un coeficiente intelectual por debajo de la media”, pero la acusación y la Fiscalía no la aceptan por estar fuera de plazo. Además, el juez ha hecho referencia a una prueba pericial que constata que la menor tenía un alto nivel de alcohol, que “multiplica por cuatro” lo permitido en las pruebas de seguridad vial, con lo que “el estado de la joven está claro”.

 

La Fiscalía pide seis años de prisión y siete de libertad vigilada para el acusado de un delito de abuso sexual, además del pago de una indemnización de 17.700 euros a la víctima y la prohibición de acercarse a 500 metros de la misma durante 9 años. Según el escrito de la Fiscalía, la joven abandonó el lugar con el acusado, que la llevó a un descampado, donde, aprovechándose de su estado se puso encima de ella y empezó a practicarle tocamientos, a pesar de que ella le pidió que parase, llegando a realizarle una penetración parcial.

La víctima del supuesto abuso sexual: “Yo decía no, no por favor”