viernes. 29.03.2024

El acusado por el crimen de Outes (A Coruña), el italiano Mirko S., ha tenido buen comportamiento en la cárcel de Teixeiro tras haber matado presuntamente a su casero, Ramón Rúa, en 2011, y los peritos psicólogos que lo evaluaron no avalan un supuesto trastorno bipolar del que él les advirtió.

 

"El resultado de las pruebas no avala que haya un trastorno de la personalidad", han explicado dos peritos, una de ellas por videoconferencia desde Santiago, en la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña, donde se juzga a Mirko S. por unos hechos que ocurrieron la noche de San Juan de 2011, cuando el acusado mató a Ramón tras golpearlo en la cabeza con un martillo.

 

El acusado les manifestó en una entrevista, tras su entrada en prisión, "que había sido un accidente" y, aunque les reconoció "la autoría" de sus manifestaciones se infería que "el único culpable sería el fallecido". A preguntas de la acusación, reconocieron que encontraron "contradicciones" en sus palabras y también en lo que se refiere al "trastorno bipolar" del que les habló. "Da la impresión de que refiere síntomas de patologías muy distintas, diversas, y que puede ser contradictorio. Y otra contradicción es su discurso y el resultado de la prueba", reiteraron.

 

La perito que declaró por videoconferencia añadió, además, a preguntas de la defensa, que las circunstancias que presentaba Mirko S. "para nada son similares a las que podría desarrollar una víctima de violencia de género". Desde su entrada en la cárcel de Teixeiro, donde lleva tres años y medio, el acusado tuvo "buen comportamiento", tal y como manifestó una psicóloga del centro penitenciario coruñés que también testificó en el juicio. En un informe con fecha de marzo de 2012, cuando Mirko S. llevaba ocho meses en prisión, refirió que "no había solicitado atención psicológica" hasta entonces.

 

Además, encontró al interno, en aquel momento, "plenamente consciente, orientado en tiempo y espacio", conocedor de los "antecedentes" que le llevaron a prisión y con "atención adecuada en el centro penitenciario". También relató que, en la entrevista, el acusado le comentó que tenía "alteraciones del sueño, pesadillas recurrentes" y que hablaba "solo de forma habitual". "En el día a día, la adaptación es buena. Esa sintomatología no interrumpe su adaptación", agregó la psicóloga de la cárcel de Teixeiro. Relató que Mirko S. empezó su etapa en la cárcel en un módulo preventivo, después se le cambió a un módulo de respeto, con actividades, y, actualmente, se encuentra en el módulo de mayor exigencia del centro, donde "más normas y más exigencia de cumplimiento" hay. Hasta la fecha, ha tenido un "comportamiento bueno sin incidencia destacada" en la cárcel, afirmó la psicóloga. Uno de los vecinos de la víctima, testigo de la defensa, declaró que Ramón Rúa "era malo y conflictivo" y "se ponía violento", mientras que el dueño de una pizzería en la que trabajó el acusado, al que ayudó por ser su compatriota, dijo que solo había sido su empleado un día, versión que corroboró también su mujer. El fiscal considera que el acusado es autor de un delito de asesinato por el que pide veinte años de prisión y 100.000 euros de indemnización para los tres hijos de la víctima, mientras que la acusación particular aumenta la petición hasta los veinticinco años y 150.000 euros.

Peritos psicólogos descartan un trastorno en el acusado del crimen de Outes