jueves. 28.03.2024

Hoy se cumplen dos meses desde que la agente de la Guardia Civil de Fene (A Coruña) Vanesa Fraga se intentase quitar la vida en uno de los pabellones del cuartel de Pontedeume, donde convivía con su mujer, Mónica Fraguela, porque sintió una "angustia de tal magnitud" que "no vio otra salida".

 

Así lo asegura Mónica en una conversación con Efe, en la que recuerda que Vanesa ejecutó el disparo después de dejar escrito un mensaje en una red social, "mi capitán ha conseguido lo que quiere", con el que quería dejar atrás un año "lleno de acoso y derribo". Unos meses que para la agente, según la mujer con la que se había casado cuatro días antes, han estado marcados por "presiones continuas" de tipo "homófobo y machista".

 

Otras fuentes apuntan a Efe que este disparo no se produjo por ninguna presión de la Guardia Civil sino que sucedió inmediatamente después de una discusión con su mujer y otras personas que convivían con la agente, pero, en todo caso, Mónica no quiere hablar del pasado hasta que no esté "autorizada". Sí ha salido a la luz durante estos días para denunciar "una continuidad" en el "acoso" por parte de la Guardia Civil, un cuerpo que, en sus palabras, "solo quiere que Vanesa caiga por algo".

 

La asociación profesional Unión de Guardias Civiles se ha sumado en un comunicado a la denuncia de "malas prácticas" empleadas por altos mandos del instituto armado en A Coruña, que llevan a cabo una "campaña preocupante de desprestigio" de la agente, por lo que sus servicios jurídicos "se reservan las acciones legales que hubiera que emprender para proteger el honor de su compañera".

 

Ahora, la polémica se centra en la supuesta retirada a la agente de la Mención Presidente 2015, premio anual de la Federación Gallega de Automovilismo (FGA) que estaba previsto entregarle a Vanesa el próximo 13 de febrero por su actuación en el accidente del pasado septiembre en el rally de A Coruña, donde auxilió a los heridos y ayudó a la labor de los equipos médicos.

 

Según la versión de Mónica, un miembro del Team Medical Sport, dependiente de la FGA, les informó el pasado 29 de enero de que finalmente el reconocimiento no iría a parar a su mujer, sino a otra persona del cuerpo, debido a unas "presiones de gran magnitud" que habría recibido el presidente de la federación, Iván Corral, desde la Guardia Civil. "Me parece deleznable el comportamiento de la Guardia Civil con ella en este sentido -esgrime la pareja de la agente-. No entiendo por qué tienen que amenazar a toda una federación para que le quiten el premio" a Vanesa, que todavía permanece de baja.

 

Fuentes del instituto armado consultadas por Efe han declinado hacer declaraciones al respecto "por respeto" a Vanesa y a los expedientes administrativos abiertos y judiciales que estén en curso, al igual que la Federación Gallega de Automovilismo. Mónica, que conoció a Vanesa en junio de 2015, asegura que su mujer hablará cuando esté recuperada, pues ha vuelto a decaer "anímicamente" y a estar "pesimista", dice antes de romper a llorar cuando se le pregunta acerca de cómo ha asimilado los últimos sucesos. Unos años antes de este episodio, el nombre de Vanesa apareció en el auto relacionado con el atentado de ETA perpetrado en mayo de 2008 en Legutiano (Álava), lugar al que había sido destinada pero donde no se encontraba en el momento de los hechos.

 

A pesar de no estar en la zona ella mantuvo, según el recurso que presentó, que era "víctima del atentado" y, como alegó la Fiscalía, éste le había provocado "un grave cuadro clínico consecuencia directa del trauma sufrido" por el mismo, cuestiones por las que Vanesa solicitó una indemnización de 400.000 euros, lo que fue criticado por varios compañeros suyos en foros de la Benemérita.

 

Agentes de la Guardia Civil que han coincidido profesionalmente con ella indican a Efe que "su trayectoria no es todo lo ejemplar que ella quiere hacer ver y tiene muchos claroscuros", con "incidencias en su desempeño profesional y quejas que algún ciudadano ha presentado contra ella". Mónica confiesa que "este tipo de cosas dejan huella, rompen a una persona, y cuando una persona está rota, no sabes por dónde va a salir", por lo que emplaza a la Guardia Civil a "dejar de hacer presión y reestructurar su forma interna de trabajar".

Presiones y claroscuros en el caso de la agente Vanesa