lunes. 17.03.2025

En una historia que parece sacada de la pantalla grande, María Berta Rodríguez, una mujer de 77 años originaria de Galicia, vivió un asombroso giro de los acontecimientos que culminó en un final feliz. A pesar de haber sido certificada como fallecida por los médicos, María despertó sorprendentemente poco tiempo después.

Los hechos ocurrieron hace unas semanas en A Pobra do Caramiña ( A Coruña), mientras María disfrutaba de un tranquilo desayuno en la cocina de su hogar. A pesar de haberse sometido a una cirugía cardíaca y enfrentar ciertas complicaciones propias de la edad, llevaba una vida normal. Sin embargo, repentinamente, María comenzó a sudar y se sintió mareada, lo que preocupó a su hijo Kiko García, quien narró los sucesos a La Voz de Galicia.

Alarmados por el deterioro de su madre, decidieron activar el botón de teleasistencia para solicitar ayuda médica. Cuando los profesionales sanitarios llegaron, María ya no mostraba signos de respuesta y los médicos les comunicaron a Kiko y su familia que la situación era desalentadora. A pesar de realizarle mediciones de presión arterial y revisar sus signos vitales, no encontraron señales de vida en la mujer. Kiko recordó con angustia: "Estaba fría, su rostro adquirió un tono blanquecino, sus labios se tornaron casi transparentes. En ese momento, comprendí que estaba partiendo".

Los médicos certificaron el fallecimiento de María y consultaron a Kiko si deseaba que trasladaran el cuerpo en ambulancia al hospital. Sin embargo, Kiko decidió que no había esperanza y optó por contactar directamente a una funeraria para hacer los arreglos correspondientes.

Mientras esperaban la llegada de la funeraria y María yacía en el suelo de la cocina, Kiko solicitó ayuda a los sanitarios para trasladar a su madre a la cama y poder despedirse de ella en un ambiente más íntimo.

Con el corazón destrozado y sumido en llanto, Kiko presenció un milagro inesperado: "Comenzó a moverse y todos quedamos atónitos, sin poder creer lo que veíamos. Al principio, sus movimientos eran sutiles, pero poco a poco comenzó a respirar y reaccionar. En el camino hacia el hospital, incluso pronunció su propio nombre y entabló conversaciones".

Al llegar al hospital, los médicos confirmaron que María había sufrido un síncope que estuvo a punto de arrebatarle la vida. Por suerte, todo quedó en un susto y esta extraordinaria historia adquirió tintes cinematográficos con un final feliz que desafió las expectativas más sombrías.

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