martes. 05.12.2023

Un hombre que supuestamente ha sido víctima de un secuestro ha asegurado hoy ante el juez que durante su rapto utilizaba una manguera para ducharse, ha añadido que al principio ni siquiera tenía cuarto de baño y ha afirmado que no huía por miedo, pues sufría constantes agresiones. Cuatro personas se han sentado hoy de nuevo en el banquillo acusados de haber secuestrado presuntamente a seis víctimas, entre las que había tres indigentes, en A Coruña entre 2011 y 2015, por lo que se piden penas de entre 55 y 91 años de prisión en un proceso que se retoma el próximo martes.

 

El primero en declarar durante la jornada de hoy fue una de las supuestas víctimas, un hombre portugués, ha dicho que fue precisamente en Portugal donde lo convencieron para desplazarse hasta A Coruña por trabajo y, cuando llegó, lo metieron "en un cortijo". Ha dicho que primero vivió en un barracón de la zona chabolista de Conservera Celta y después se trasladó a Ledoño, en Culleredo, donde dormía en una caravana y tenía la promesa de que le abonarían cinco euros por el montaje de atracciones de fiesta, aunque no se cumplió.

 

Durante su declaración ha asegurado que no disponía de ducha y utilizaba una manguera para asearse mientras que tampoco podía usar ningún baño, una situación que al final cambió. Sostiene que sus supuestos captores intentaron encerrarlo y comenta que vivía amenazado y no huía por miedo, aunque una vez lo consiguió y fueron a buscarlo a Portugal, por lo que las agresiones se volvieron constantes.

 

"Estuvo un tiempo sin pegarme y después me pegó otra vez", ha declarado y, en ese sentido, ha recordado unas fracturas provocadas por agresiones aunque justificadas como un accidente de tráfico por la que su supuesto captor cobró casi 1.500 euros en concepto de indemnización. Un agente de la Policía Local de A Coruña ha relatado que un día encontró a los acusados con uno de las presuntas víctimas que miró a él y a su compañero como si pidiese "auxilio" mientras susurraba que "lo tenían retenido" y presentaba numerosas magulladuras.

 

Su compañero ha definido la expresión como "cara de perro asustado" y ha asegurado que no encajaba en la escena, por lo que al final lo llevaron a la Policía Nacional y posteriormente se le consiguió una vivienda porque "tenía pánico" de volver al refugio donde residía habitualmente. Un residente en Culleredo ha recordado que una noche una de las presuntas víctimas fue a su portal a decir "que lo tenían secuestrado", aunque uno de los procesados "lo cogió y lo llevó en la furgoneta, por las buenas" y ha opinado que la estancia era voluntaria, pues cree que no estaban retenidos.

 

Una trabajadora de la Cruz Roja ha asegurado que una de las víctimas acudió a sus instalaciones con uno de los encausados y, tras quedar a solas, dijo que lo tenía "secuestrado" y que le pegaban, un momento en que el procesado se alteró, siempre según la versión de esta persona. Esta misma víctima dijo a una educadora social que también trabajaba en la Cruz Roja que "llevaba secuestrado quince días y que lo amenazaban de muerte".

 

Durante la vista de hoy también han declarado agentes de la Policía Nacional que encontraron un arma de uno de los procesados, que dijo que había sido de su padre y que se la guardaba a una tercera persona, y que constataron que a las supuestas víctimas les "costaba expresarse" durante el registro realizado en su día. Han añadido que las presuntas víctimas decían que eran obligadas a realizar "tareas de construcción y limpieza" y que se encontró una conversación en un móvil de los encausados en que se hablaba de un "criado" que era necesario, por lo que sugieran acudir a un albergue para intentar conseguir uno.

Un supuesto secuestrado dice que se duchaba con una manguera y no huía por miedo