21 de diciembre de 2022, 14:56
Los Ayuntamientos de Vilasantar (A Coruña) y Aljaraque (Huelva) han sido reconocidos este miércoles en Madrid por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) por sus proyectos innovadores para evitar el desperdicio alimentario en sus municipios.
El proyecto de Vilasantar, que ha sido seleccionado entre 30 iniciativas, ha desarrollado soluciones multifuncionales y locales para evitar que se desaproveche comida en la localidad que solía tener un último uso ganadero.
En el caso de Aljaraque, entre otras cuestiones, se ha instado a los hosteleros de la localidad a preparar un menú contra el desperdicio, se ha preparado una campaña de concienciación con un decálogo de cara a los consumidores y se han llevado talleres a colegios e institutos.
El acto ha sido inaugurado por el director general de Aecoc, José María Bonmartí, quien ha valorado la importancia de las administraciones locales en el objetivo final de reducir la comida que termina en la basura.
Además, ha asegurado que las empresas del sector ya llevan un camino realizado "y muchos deberes hechos" en esta materia y están preparadas para asumir las nuevas obligaciones de la Ley contra el desperdicio alimentario que prepara el Gobierno.
La consejera técnica de la Dirección general de Industria Alimentaria del Ministerio, Carmen Serrano, ha señalado que la norma está a la espera de que se constituya la ponencia en el Congreso de los Diputados para examinar las enmiendas que han preparado los diferentes grupos políticos.
Ha explicado que tiene obligaciones para los elementos de la cadena y para la administraciones, y campañas de comunicación para los consumidores, pues de momento en uno de cada cuatro hogares no se hace nada para evitar tirar comida.
En el caso de las empresas, ha dicho, la obligación es básica: tienen que hacer un plan de autodiagnóstico y un plan de prevención y priorizar el uso de estos alimentos.
La primera sería la donación, la segunda la transformación para alimentación humana, la siguiente para alimentación animal y la última para transformación en biogás.
El proyecto de Vilasantar, que ha sido seleccionado entre 30 iniciativas, ha desarrollado soluciones multifuncionales y locales para evitar que se desaproveche comida en la localidad que solía tener un último uso ganadero.
En el caso de Aljaraque, entre otras cuestiones, se ha instado a los hosteleros de la localidad a preparar un menú contra el desperdicio, se ha preparado una campaña de concienciación con un decálogo de cara a los consumidores y se han llevado talleres a colegios e institutos.
El acto ha sido inaugurado por el director general de Aecoc, José María Bonmartí, quien ha valorado la importancia de las administraciones locales en el objetivo final de reducir la comida que termina en la basura.
Además, ha asegurado que las empresas del sector ya llevan un camino realizado "y muchos deberes hechos" en esta materia y están preparadas para asumir las nuevas obligaciones de la Ley contra el desperdicio alimentario que prepara el Gobierno.
La consejera técnica de la Dirección general de Industria Alimentaria del Ministerio, Carmen Serrano, ha señalado que la norma está a la espera de que se constituya la ponencia en el Congreso de los Diputados para examinar las enmiendas que han preparado los diferentes grupos políticos.
Ha explicado que tiene obligaciones para los elementos de la cadena y para la administraciones, y campañas de comunicación para los consumidores, pues de momento en uno de cada cuatro hogares no se hace nada para evitar tirar comida.
En el caso de las empresas, ha dicho, la obligación es básica: tienen que hacer un plan de autodiagnóstico y un plan de prevención y priorizar el uso de estos alimentos.
La primera sería la donación, la segunda la transformación para alimentación humana, la siguiente para alimentación animal y la última para transformación en biogás.
