El titular de Cultura, Educación y Universidad de la Xunta de Galicia, Román Rodríguez, se ha mostrado favorable a ir adaptando la desescalada de medidas contra la covid-19 en los centros educativos a las normas que rigen en la sociedad, si bien apeló a la "prudencia" para llevarla a cabo.
"Creo que tenemos que ir avanzando para posibilitar que la vida en los centros sea lo más parecida al momento prepandemia", dijo el conselleiro a preguntas de los periodistas tras la firma de un convenio para desarrollar el proyecto Nós de inteligencia artificial para incorporar la lengua gallega al mundo digital.
Rodríguez explicó que en una reunión celebrada ayer, el comité educativo ya se planteó la posibilidad de que algunas medidas restrictivas adoptadas durante la pandemia puedan ir desapareciendo "de la vida cotidiana" de los centros escolares.
Se refirió, en este sentido, a la posibilidad de volver a celebrar reuniones presenciales entre representantes de centros educativos y familiares de alumnos, de una mayor interacción en los espacios comunes o de restablecer determinadas actividades extraescolares, si bien matizó que hay acciones que "no se cuestionan", como el uso de mascarilla en espacios cerrados o a la ventilación de las aulas.
El conselleiro ve necesaria "una desescalada progresiva y una desescalada simétrica entre lo que es la sociedad, lo que es la vida cotidiana, con lo que también es el mundo educativo, tanto en el ámbito escolar como en el universitario", afirmó.
"Todo esto siempre con una máxima que es la prudencia en las acciones que se tomen y bajo el paraguas de las autoridades sanitarias", dijo.
Subrayó que "más allá de que las decisiones se tomen hoy, mañana o pasado, lo importante es que se tomen bien y que no signifique que dentro de equis tiempo tengamos que arrepentirnos".
Aseguró que "Galicia es una comunidad autónoma que gestionó con total solvencia, con total prudencia y con total responsabilidad la pandemia" y, por ello, dijo estar "seguro de que Galicia siempre va a adoptar las medidas necesarias que estén avaladas dese la perspectiva jurídica y desde la perspectiva sanitaria".
En ese sentido, la decisión de activar el "estado de alarma" tras la epidemia, ahora "está superado y los datos de personas afectadas son muy reducidos, pero esto no desapareció (en referencia a la transmisión del coronavirus), con lo cual tenemos que tener mucha prudencia", apostilló.
En la misma líneam el rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Antonio López, indicó que en su ámbito académico no se cuestiona el uso de máscara, la ventilación de los espacios o el mantenimiento de la distancia de seguridad.
Sobre este último aspecto, López reconoció que su "principal preocupación" es la distancia de 1,2 metros a mantener en las aulas, que obliga a reducir los aforos a la mitad.
"Al igual que ocurre en más de la mitad de las comunidades autónomas, parece razonable entender eso (distancia de 1,2 metros) como una recomendación pero no como una exigencia".
Eso debería ser de forma que, en función de cada centro, se puedan reordenar las actividades docentes sin necesidad de mantener un espacio vacío entre cada dos ocupados, "cuando ya existen aforos fuera del ámbito educativo del cien por cien", concluyó.
