sábado. 12.10.2024

El 4 de marzo de 2020 es la fecha de la primera hospitalización en Galicia por covid-19 y el 14 de ese mes se produjeron los primeros fallecimientos de una pandemia que va por la sexta ola y que en Galicia ha dejado dos navidades nada al uso, la primera, la de 2020, con toque de queda; y esta, de no queda.

La Comunidad vivirá ese segundo estado entre este viernes y el 18 de enero próximo, después de que el Tribunal Superior de Justicia haya avalado la solicitud del gobierno autonómico de imponer una limitación en las reuniones de personas no convivientes entre las tres y las seis de la madrugada, tanto en la esfera pública como en la privada, con el propósito último de evitar botellones y aglomeraciones.

No es una medida novedosa, pues ya había estado vigente en verano.

En 2020, por estas mismas fechas, las restricciones eran mayores, pues había cierres perimetrales y un severo toque de queda que se amplió únicamente en períodos ventana, en los días más señalados.

Antes de eso, la ciudadanía había podido gozar de una breve desescalada y de una apertura parcial de la hostelería en el puente de la Constitución. Poco había durado.

Desde aquel hombre que viajó de Madrid hasta A Coruña y que había quedado ingresado por coronavirus, la crisis sanitaria ha dado unas veces alguna tregua, otras no, pero desde luego no ha acabado de irse.

El 11 de marzo de 2020 fue cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció de un modo contundente: hay una pandemia. Un día después se suspendieron las clases. Ahora se debatirá cuándo es la vuelta a las aulas tras este descanso de diciembre.

El 14 de marzo de 2020 se declaró el estado de alarma y el confinamiento. En esa decisiva jornada, se conocieron los primeros dos óbitos en Galicia: los de una mujer de 92 años y un hombre de 81. Hoy son 2.764.

Las elecciones gallegas se movieron del 5 de abril al 12 de julio y llegaron a montarse hospitales de campaña en el Multiusos Fontes do Sar y en ExpoCoruña.

El 25 de octubre de 2020 se decretó el segundo estado de alarma, con el mencionado toque de queda incluido.

El 8 de noviembre Pfizer y Biontech hablaron al mundo de su vacuna, con una eficacia superior al 90 por ciento para combatir el virus. El 17 de ese mes, Moderna hizo lo propio con la suya, y con un porcentaje mayor: 94,5.

El 27 de diciembre, Nieves Cabo, usuaria de la residencia Porta do Camiño, de Compostela, se convirtió en la primera gallega en empezar con la inmunización. Hoy, apenas un 6% de la población ha rechazado estos pinchazos, pero para ellos hay un mensaje claro: el de que están causando por esa obstinación un tanto por ciento muy elevado de los ingresos hospitalarios.

El conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, ha hecho incluso un ruego en esta última semana del año: "Quiero pedir, rogar a los no vacunados, que acudan a vacunarse, por ellos, por sus acompañantes y por todos".

Lo mismo el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, que ha bajado su agenda por contacto estrecho con un positivo, por cautela, pues él ha dado negativo y tiene la dosis de refuerzo puesta.

Dos navidades de pandemia: la primera con toque de queda; esta, de "no queda"