La velocidad de propagación de la nueva variante de coronavirus detectada en Reino Unido ha llevado a España a suspender todos los vuelos con este país salvo para españoles y residentes, aunque no se prevé que modifique la efectividad de la vacuna que ya tiene el aval de la Agencia Europea del Medicamento. Tras el visto bueno de la EMA al fármaco de Pfizer/BioNTech después de confirmar su seguridad y eficacia, la Comisión Europea ha autorizado su comercialización condicional, con lo que España ya podrá empezar a vacunar el próximo domingo a internos y personal sanitario y sociosanitario de residencias de mayores y grandes dependientes más vulnerables y todos los que trabajen en ellos. Sin embargo, este hito, como lo ha calificado la directora de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), María Jesús Lamas, se ha visto empañado por la aparición de una nueva cepa en Reino Unido cuya facilidad para extenderse ha disparado todas las alarmas.
A día de hoy no hay constancia de que esté presente en España, aunque ello no significa que no lo esté, ha explicado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien ha advertido de que nuestro país puede encontrarse al "inicio de la tercera ola" tras constatar "con toda claridad" el cambio de tendencia respecto al doblegamiento de la curva. No en vano, hoy la incidencia acumulada a 14 días ha sufrido un nuevo repunte hasta los 224,88 casos por cada 100.000 habitantes; en su balance de hoy, el Ministerio de Sanidad ha contabilizado 22.013 nuevos positivos de coronavirus desde el pasado viernes, con lo que la cifra total de contagios se eleva a 1.819.249.
"Estamos especialmente expectantes. Vamos a seguir desde el Centro Nacional de Epidemiología y el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias con especial atención todo lo que esté relacionado con esta nueva variante en todos los sentidos", añadía después su número dos, la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón. Ante la velocidad de la variante británica, el Gobierno español ha terminado cancelando los vuelos con la isla salvo para ciudadanos españoles o residentes como habían anunciado a lo largo de la mañana otros países europeos. La decisión fue tomada después de que se haya expuesto en Bruselas la necesidad de adoptar medidas coordinadas, tal y como reclamó ayer España, ha precisado Moncloa.
El Ejecutivo ha tomado esta decisión de forma concertada con Portugal tras la reunión del mecanismo de crisis de la UE, que hoy ha analizado los efectos de la nueva cepa del coronavirus detectada en el Reino Unido y ha pedido que se eviten los viajes no esenciales. Paralelamente, reforzará los controles en el paso fronterizo de Gibraltar, donde su ministro principal, Fabian Picardo, ha informado de que un paciente manifestó el pasado mes de noviembre la nueva cepa de coronavirus, si bien ha admitido que, como en el resto de Europa, no puede decir con certeza si la variante circula o no por el Peñón. Lo que no parece de momento es que esta cepa vaya a afectar la efectividad de la vacuna que está a punto de suministrarse en toda la UE. "No necesariamente las variaciones van a implicar modificación de la efectividad de la vacuna. Las vacunas están dirigidas a la proteína S, y ninguna variación ha tenido cambios significativos en su estructura", ha argumentado Lamas, quien ha precisado que no será necesario un ensayo clínico para comprobarlo, sino únicamente "pruebas de laboratorio".
El Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP, por sus siglas en inglés) de la EMA, formado por expertos de las autoridades competentes de los diferentes estados miembro, entre ellos la AEMPS, ha concluido por consenso que existen datos suficientemente sólidos sobre la "calidad, seguridad y eficacia" del medicamento de Pfizer. Comirnaty, que previene la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 a partir de los 16 años, consiste en dos inyecciones en el brazo con una separación de 21 días. Las reacciones adversas más frecuentes, precisa la AEMPS, han sido leves o moderadas y mejoraron al cabo de unos días después de la vacunación; entre ellas, dolor e inflamación en la zona de inyección, fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, escalofríos y fiebre, "muy habituales" todos en vacunas, según Lamas.
Mientras, otros "más raros" que se han presentado con una frecuencia "mucho más baja" han sido dificultades para dormir, náusea y, en cuatro casos en los que no se ha podido establecer la relación causal pero que "hay que tenerlo presente", una parálisis facial poco grave. "Es muy importante recordar que va a haber una relación temporal entre muchos efectos adversos y la administración de la vacuna, pero no tienen por qué estar relacionados entre sí", ha añadido la responsable de la AEMPS. Un fármaco que ha demostrado una efectividad para proteger de la covid del 95 %; la eficacia se ha calculado en más de 36.000 voluntarios mayores de 16 años (incluidas personas de más de 75) que no presentaban signos de infección previa. El estudio con más de 44.000 voluntarios ha mostrado una reducción en el número de casos sintomáticos de coronavirus en las personas que recibieron la vacuna.
Un total de ocho casos de 18.198 desarrollaron síntomas en comparación con los 162 casos de 18.325 que mostraron síntomas en el grupo placebo, lo que lleva a afirmar que la vacuna ha demostrado un 95 % de eficacia en el ensayo clínico. Ensayo que también ha demostrado en torno a un 95 % de eficacia en los participantes con un alto riesgo de desarrollar síntomas graves, incluyendo aquellos con asma, enfermedades crónicas pulmonares, diabetes, hipertensión o un índice de masa corporal de 30 kg/m2; este índice de eficacia también se ha mantenido entre etnias y sexos. "Lo que nos queda por saber es cuánto va a durar la inmunidad, así como en qué magnitud protege de la enfermedad grave. Lo veremos según sigan los estudios, que en la fase tres duran hasta tres años. No hay datos suficientes para decir que no hay riesgo para las mujeres embarazadas", ha concluido Lamas.