Rahma Haruna, de 19 años, hacía su vida en el interior de un recipiente de plástico debido a que sufría una enfermedad que la dejó sin brazos ni piernas. Aún se desconoce la causa de la misteriosa enfermedad que padecía, a pesar de su familia luchó mucho para conseguir un diagnóstico fiable.
Sus padres esperaban conseguir la ayuda de alguna organización benéfica o de algún especialista médico que pudiese lidiar con el dolor que sufría a diario la joven. Rahma recibió algunos regalos generosos después aparecer en la prensa local, como una donación de una silla de ruedas.