viernes. 29.03.2024
La degradación del plástico por el efecto de la luz solar en el océano contribuye a la acidificación de los mares, según ha revelado un estudio liderado por el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona.
La investigación, que publica la revista 'Science of the Total Environment', demuestra que el plástico libera compuestos químicos orgánicos y CO2 al agua de mar que provocan una bajada del pH de esta y que el plástico envejecido libera más carbono orgánico que el plástico nuevo, ya sea basado en petróleo o biodegradable.
"Gracias a este estudio hemos podido comprobar que en zonas de la superficie del océano muy contaminadas por plástico, la degradación de este dará lugar a una bajada de hasta 0.5 unidades del pH, lo que es comparable a la bajada de pH estimada en los peores escenarios de emisiones antropogénicas para finales del siglo XXI", ha advertido la investigadora del ICM-CSIC Cristina Romera-Castillo.
Según esta investigadora, la acidificación y la contaminación por plástico son dos de los grandes problemas que afronta el océano en la actualidad. 
Los biólogos marinos han denunciado que, desde la revolución industrial, el aumento de la acidez de los mares y océanos está provocando que a algunos organismos calcificadores, como es el caso de los corales, les sea más difícil mantener sus esqueletos.
Según algunos cálculos, cada año llegan al mar unos 13 millones de toneladas de plástico, y se estima que unas 250,000 toneladas más se encuentran flotando por todo el océano.
La luz ultravioleta procedente del sol es el principal factor de degradación y envejecimiento del plástico, que se rompe en trozos más pequeños, algunos de menos de 5 milímetros, más conocidos como microplásticos.
Según los investigadores, la exposición a la luz solar y la erosión degrada estos microplásticos, que liberan al mar compuestos químicos, que pueden ser componentes del propio plástico o bien aditivos que se le añaden para darle color u otorgarle resistencia.
Algunos de estos compuestos son ácidos orgánicos, lo que explica que contribuyan a la bajada del pH.
Sin embargo, durante la degradación del plástico también se produce CO2, que puede ser emitido directamente por éste, o bien ser un producto de las reacciones que la luz solar desencadena en los compuestos orgánicos liberados por el plástico, y este CO2 liberado interviene en una serie de reacciones que también provocan una bajada de pH del agua, añaden los investigadores.
Para hacer esta investigación, los científicos expusieron distintos tipos de plástico (nuevo y envejecido) a una temperatura y radiación solar constantes y luego analizaron el pH del agua y la cantidad de carbono orgánico que liberaban los microplásticos como consecuencia de su degradación.
Con solo seis días de exposición a la luz solar, una mezcla de plásticos envejecidos recogida en playas liberaba una gran cantidad de compuestos de carbono orgánico disuelto y observaron una disminución significativa del pH del agua. 
En los experimentos con plástico nuevo, en cambio, usaron poliespán, polietileno de baja densidad (LDPE) -con el que se fabrican bolsas y otros envases- y plástico biodegradable. 
De estos, sólo el poliespán (poliestireno expandido) produjo una bajada sustancial del pH, ya que con los otros no se observaron diferencias significativas.
"Estos resultados ponen de relieve que el plástico envejecido afecta mucho más que el nuevo a la acidificación, lo cual es muy preocupante, ya que la mayoría del plástico que se encuentra en el mar, sea del tipo que sea, está degradado", ha concluido Romera-Castillo. 

La degradación del plástico en el océano contribuye a su acidificación