Un hecho verdaderamente inusual tuvo lugar en la hermosa isla de Cerdeña, Italia. Durante sus vacaciones, una mujer visitó un restaurante y, como parte de su experiencia culinaria, adquirió una langosta de un kilogramo por un precio nada despreciable de 200 euros.
Hasta ese punto, todo parecía transcurrir de manera convencional. En muchos establecimientos, se permite a los clientes seleccionar su elección de productos, ya sea carne o marisco, para garantizar que se prepare según sus preferencias.
Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó cuando esta mujer salió a la terraza del restaurante llevando consigo a la langosta en un cubo. Tras acariciarla durante varios segundos, tomó una decisión extraordinaria: liberarla en el mar, aparentemente como un acto en favor de la protección de los animales. Este gesto singular sin duda dejó a todos los presentes asombrados.
Una turista compra una langosta de 200 euros en un restaurante de Cerdeña para acariciarla y devolverla al mar pic.twitter.com/fXNgo9oVzn
— La Razón (@larazon_es) September 18, 2023