El proceso de remojo de los garbanzos es comúnmente realizado antes de cocinarlos, pero la razón detrás de esta práctica no es lo que muchos podrían pensar.
Contrariamente a la creencia popular de que el remojo es necesario para ablandar los garbanzos, en realidad, su objetivo principal es reducir los antinutrientes presentes en estos alimentos. Los garbanzos contienen compuestos como fitatos y oligosacáridos, que pueden dificultar la digestión y la absorción de nutrientes.
El remojo de los garbanzos durante un período de tiempo prolongado, por lo general de 8 a 12 horas, permite que estos antinutrientes se disuelvan en el agua. Esto a su vez facilita la digestión de los garbanzos y mejora la disponibilidad de los nutrientes que contienen, como proteínas, vitaminas y minerales.
Además, el remojo también contribuye a acelerar el tiempo de cocción de los garbanzos, lo que resulta en una textura más suave y tiempos de cocción más cortos al momento de prepararlos.
En resumen, el remojo de los garbanzos antes de cocinarlos no es principalmente para ablandarlos, sino para reducir los antinutrientes presentes en ellos y mejorar su digestibilidad y valor nutricional. Es una práctica recomendada que puede resultar en una mejor experiencia culinaria y beneficios para la salud.