viernes. 29.03.2024

Zubizarreta, Rivaldo, Camacho, Del Bosque, Torres, Simeone, Guardiola y hasta Cruyff o Gento pisaron en algún momento de su carrera O Couto, el estadio del Club Deportivo Ourense, equipo que hoy vive su ocaso por las deudas que lo acechan y que lo sitúan al borde de la desaparición.


Buena parte de los momentos históricos del club, fundado en 1952, permanecen en la memoria de Jorge Pérez. A sus 63 años, lleva 34 trabajando como cuidador del césped en el estadio ourensano.


Recuerdos y emociones se agolpan en sus palabras cuando tienen que hablar de la situación actual del club a punto de disolverse. Acumula cinco nóminas y dos pagas extra sin cobrar, como el resto de los siete trabajadores, al margen de jugadores a los que también se les deben sus salarios.


Pero, si bien el dinero es necesario para salir adelante, en Jorge pesan aún más los sentimientos. "Mi padre ya trabajó aquí, mis hijas han crecido en O Couto y mi nieto, de tres años, es un loco del Ourense", explica en una conversación con EFE.


"Es una gran pena lo que está ocurriendo", una situación que Jorge vive como trabajador y aficionado. "¿Qué vamos a hacer ahora los domingos? Aquí tenías a tu equipo, ahora vamos a sentir un vacío muy grande", insiste.


Tanto es así que advierte de que no sabe si volverá a ver fútbol, o "por lo menos no tanto ni de la misma forma". "Me traerá demasiados recuerdos".
Jorge siente O Couto como su casa y le preocupa el futuro del estadio. "Si no tienen vigilancia van a entrar y desvalijarlo", expresa preocupado. También lo desvela pensar en qué va a pasar con lo más mimado del campo, el césped. "Antes de verlo abandonado soy capaz de venir a arreglarlo por mi cuenta", sentencia.


A lo largo de más de tres décadas "he llorado mucho aquí, y también he vivido alguna alegría", recuerda nostálgico. Y es que el descenso del Ourense este año a tercera ha sido administrativo, deportivamente el equipo ha respondido, incluso se convirtió en campeón de la Copa Federación.


"Los jugadores han estado de 12, sobre todo si pensamos en las circunstancias que han atravesado", ha explicado a EFE otro de los trabajadores, el administrativo Raúl Rois. Gracias a ese buen rendimiento, gran parte de estos futbolistas ya tienen equipo con el que competir la próxima temporada.


Raúl lleva 12 años como empleado del club, tiempo en el que ya vio cómo el número de trabajadores se redujo. También, a lo largo de la historia del equipo ha visto directivas "con más o menos fortuna".


En unas instalaciones ya sin luz ni teléfono asegura que "de nada vale lamentarse, ni protestar, esto va a desaparecer, nadie da el paso que se necesita, ya no hay solución".


Al no estar al tanto con los pagos a Hacienda "no podemos tampoco cobrar subvenciones, con lo que es la pescadilla que se muerde la cola". Además reconoce que los ingresos por publicidad se han reducido.


Rois hace especial hincapié en el carácter social de "una empresa como es un club de fútbol". Por un lado, están los aficionados, desamparados de alguna manera sin su equipo. Por eso, los hinchas del C.D Ourense están dando la talla y se han convertido en uno de los sectores más implicados en la lucha por la subsistencia del club.


Han formado una plataforma, SOS C.D Ourense para encontrar una alternativa. Jorge Pérez asegura incluso que más de un socio del equipo se ha ofrecido a aportar cantidades de dinero para la salvación del club.


Rois añade la repercusión económica más allá de los empleados y jugadores del Ourense. Incluso, destaca, transciende a la económica en la ciudad. Además de negocios y profesiones ligadas al equipo, la llegada de jugadores profesionales revertía en la economía ourensana con "el alquiler de piso, compras, hostelería, ropa...".


Junto a Jorge y Raúl, Reyes López y Francisco Múñoz, encargada de lavandería y utilero, respectivamente, también atraviesan una difícil situación.
Son matrimonio y ambos tienen también siete pagos sin cobrar. "Vas tirando con lo que te ayudan las familias o los hijos que ya se mantienen por su cuenta", apunta Reyes.


Asegura que en los últimos tiempos, de igual manera que los jugadores, se han sentido "abandonados" por la directiva. Ahora, "toca esperar a ver qué ocurre, reclamar lo que nos corresponda y pensar en qué hacer".


Jorge, Raúl, Reyes o Paco forman parte de ese otro equipo del Ourense, ese equipo que, desde lo extradeportivo, siente los colores y ha dado lo que ha estado en sus manos por el club. Ante un futuro incierto, quién sabe si un nuevo equipo de fútbol en la ciudad de Ourense los reunirá de nuevo, a ellos y a una afición fiel. EFE

El ocaso del Club Deportivo Ourense