sábado. 20.04.2024

Javier Gómez Noya, único quíntuple campeón del mundo de triatlón y medallista de plata en los Juegos de Londres 2012, será una de las grandes atracciones del equipo olímpico español que compita, el mes que viene, en los Juegos de Tokio 2020, aplazados un año a causa de la pandemia del covid-19.

En una entrevista con la Agencia EFE que tuvo lugar en el Comité Olímpico Español (COE), en el marco de la presentación del equipo español del deporte que une la natación con el ciclismo y la carrera a pie, el astro gallego -nacido hace 38 años en Basiela (Suiza), pero criado en Ferrol (Coruña)-, asimismo cuádruple campeón de Europa y Premio Princesa de Asturias de los Deportes en 2016, explica cómo se encuentra, a menos de un mes de la cita de la capital japones y señala la de los Juegos de Londres y su épica batalla contra los hermanos ingleses Alistair (oro) y Jonathan Brownlee (bronce), como "la carrera más espectacular de la historia".

Pregunta: A los de Atenas 2004 no lo llevaron por una decisión técnica, como mínimo, discutible. En los de Pekín'08 fue cuarto y en los de Londres, cuatro años después, ganó plata. A los de Rio de Janeiro, en 2016, iba de nuevo a por el oro, pero se le cruzó una lesión un mes antes, al caerse mientras se entrenaba en bici. Éstos podrían ser sus quintos Juegos, pero serán los terceros. ¿A la tercera irá la vencida?

Respuesta: Sí, la verdad es que con los Juegos Olímpicos tengo una relación no sé si de amor y de odio; pero tuve sensaciones encontradas, con un gran éxito y de un 'subidón' increíble, hasta momentos duros, por una lesión, otros por una decisión técnica... Ésta es simplemente una carrera nueva; y no pienso mucho en lo de atrás. Ni en lo bueno, ni en lo malo.

Veo una carrera que va a estar muy disputada, en unas condiciones determinadas; y a la que quiero llegar lo mejor preparado y lo más fuerte posible. Es lo único que está en mi mente y para lo que estoy trabajando.

P: Un gran campeón como usted, que ya lo ha ganado todo y que logró tantísimos éxitos en su carrera deportiva, ¿llega más relajado a estos Juegos? ¿O esa idea no existe en su mente?

R: En el sentido de la presión sí que se llega más relajado, no te voy a engañar; porque sí me sentí presionado en (los Juegos de) Pekín o Londres.

Pero la auto-exigencia es la misma, las ganas son las mismas; y la responsabilidad con uno mismo, de llegar allí y darlo absolutamente todo, eso, está ahí. Y genera una tensión que creo que es importante tener, además.

P: No pudo ir a Yokohama (Japón), la primera prueba del Mundial, a causa de una infección bucal; y en Leeds (Inglaterra), en la segunda, sufrió una caída en bici. ¿Le sobrevino, al caerse en el segmento ciclista, el fantasma de lo que le había sucedido justo antes de los Juegos de Rio?

R: No, porque, por fortuna, desde un principio vi que la caída no parecía que iba a tener complicaciones, más que unas raspaduras y de tener que abandonar por un problema mecánico en la bici derivado de esa caída.

Fue más la frustración que otra cosa, porque no hemos tenido muchas oportunidades de competir. Al final, cambié un poco el plan y pude competir en una prueba del Grand Prix de Francia, en una carrera con mucho nivel, en la que logré un buen resultado (fue segundo en la de Dunkerque, el pasado fin de semana). Y eso me dejó un poquito más tranquilo.

Ahora queda ese último empujón hasta los Juegos. Pero en ningún momento pensé en esa caída de antes de los Juegos de Rio, porque ésas son cosas que pasan y no hay que darle muchas más vueltas.

P: ¿Cómo sigue su programa de aquí en adelante, hasta los Juegos de Tokio? ¿Qué es lo que tiene planeado hacer?

R: Pues enseguida me marcho a México, otra vez, a Cozumel, a hacer las últimas semanas de preparación en condiciones de calor y humedad. Y de ahí me iré directamente a Tokio. Y a competir.

P: Hay quien piensa que la de Tokio puede ser la carrera más abierta, de entre todas las que ha habido hasta ahora en el olimpismo. ¿Usted qué piensa?

R: Sí, sobre el papel está muy abierta. Por lo visto en las últimas carreras, en estos últimos dos años los cambios en el podio son muy habituales, mucho más que en otras ocasiones.

Eso quiere decir que en una carrera de un día no se puede decir que cualquiera, pero sí que hay muchos candidatos a la victoria. Y en ese sentido sí que creo que va a estar más abierto que otras veces.

P: ¿Cómo regresaría satisfecho de los Juegos de Tokio? ¿Con una medalla? ¿O sólo le vale el oro?

R: Volveré satisfecho con haber rendido a mi máximo nivel. Porque ése siempre es el objetivo. Cuando alcanzas eso tienes que estar contento. Si luego hay uno que va más rápido que tú, qué le vas a hacer.

Lo que sí me fastidia; y me fastidió mucho, por ejemplo, en (los Juegos de) Pekín (donde acabó cuarto), es que no rendí a mi máximo nivel. Y eso me dejó bastante frustrado.

Sin embargo, en Londres sí que creo que rendí. Hice una carrera muy buena, lo que pasa es que (el inglés) Alistair (Brownlee, que ganó el oro) lo hizo un poco mejor. Así que el objetivo es ese, darlo todo.

P: La de Londres quizá haya sido la carrera olímpica más emocionante de la todos los tiempos, en la que usted ganó la plata en uno de sus históricos enfrentamientos con los hermanos Brownlee; que ganaron el oro (Alistair) y el bronce (Jonathan, su hermano pequeño). Esta vez no se podrá repetir, porque a Tokio sólo irá un Brownlee, Jonathan.

R: Los rivales van cambiando con el paso de las generaciones y esta vez sólo estará Jonathan ahí. Alistair, no.

Londres fue la carrera más espectacular de la historia, en mi opinión. Por el público, por el entorno, por los rivales; por el nivel de los competidores, que fue altísimo... Ojalá que en Tokio se pueda volver a ver otro gran espectáculo. 

Gómez Noya: Londres fue la carrera más espectacular de la historia