viernes. 19.04.2024

El Deportivo ha cerrado prematuramente otra temporada para olvidar, en la que fracasó en su objetivo de regresar al fútbol profesional y se condenó a seguir en la categoría de bronce, mal menor porque pudo haber sido peor.

Los blanquiazules tuvieron dos entrenadores con un mismo objetivo, un ascenso a LaLiga SmartBank que no logró. Ni siquiera pasó el primer corte y quedó fuera del camino por el ascenso por solo un punto a la conclusión de la etapa inicial de la temporada, después de los primeros 18 encuentros disputados.

Pudo ser más traumático porque incluso estuvo cerca de caer a la cuarta categoría del fútbol nacional en esa misma fase de la temporada, pero recondujo el rumbo y, al menos, aseguró su billete para la Primera Federación.

En esa nueva categoría, con dos grupos de veinte equipos, dos ascensos reservados para los campeones y otras dos plazas a las que optarán los segundos, terceros, cuartos y quintos de cada grupo, competirá el que fuera campeón de Liga en la temporada 1999/2000. Es el único que no está en Primera División.

El amargo curso comenzó para el Deportivo aún con la resaca de su polémico descenso a Segunda División B, sin poder disputar en horario unificado la última jornada del campeonato y con una batalla en los despachos para intentar recuperar la plaza perdida que no dio sus frutos.

Asumió el descenso a regañadientes y planificó un equipo con jugadores de renombre, la mayoría con pasado en Primera y Segunda División, para buscar el ascenso.

Le tocó un año complicado por la pandemia y el cambio de formato de la categoría de bronce, con 102 equipos, cinco grupos y diez subgrupos, obligado a quedar entre los tres primeros en la fase inicial, con otros nueve equipos.

Acabó cuarto, con 29 unidades después de ocho victorias, cinco empates y cinco partidos perdidos.

Sumó quince puntos con su primer entrenador, Fernando Vázquez, que fue cesado en enero después de la segunda derrota de la temporada, a la conclusión de la primera vuelta, y catorce con Rubén de la Barrera, que tardó en dar con la tecla.

Ni siquiera la participación del internacional uruguayo Diego Rolan, que debutó en Segunda B con el Deportivo tras no haberlo hecho ni en Primera ni en Segunda, alivió el camino, aunque sí contribuyó a sumar puntos hasta su salida en el mercado invernal.

El mejor fichaje, paradójicamente, fue su sustituto, un jugador del filial, de más de 23 años, Diego Villares, que dio luz al juego del Deportivo en los últimos meses y fue elegido por la afición como el mejor futbolista de toda la temporada, aunque solo jugó tres meses.

En la segunda fase de la temporada -seis partidos-, ya sin opciones de ascender al fútbol profesional, el Deportivo sumó menos puntos que el Racing de Ferrol y el Numancia, pero, como contaban los de la primera etapa del campeonato, logró acabar segundo y, con ello, acceder a la Primera Federación.

El equipo coruñés ha ido de fracaso en fracaso en los últimos años: descendió de Primera a Segunda en 2018, se quedó a las puertas del ascenso en 2019, bajó a Segunda B en 2020 y no pudo recuperar la categoría profesional en 2021.

Otra temporada para olvidar en el Deportivo