El astillero vigués Hijos de J. Barreras, el mayor de España de carácter privado, baraja la opción de solicitar el preconcurso de acreedores, como ya hiciera en octubre de 2019 para ganar tiempo en la búsqueda de una solución que se plasmó en un acuerdo de refinanciación extrajudicial de pagos el pasado febrero. Fuentes conocedoras de la situación de Barreras han señalado a Efe que ésta es una más de las opciones a las que podría recurrir el astillero, que por otra parte negocia con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) poder acogerse al fondo de rescate.
Este instrumento fue aprobado por el Gobierno el pasado 3 de julio con el objetivo de aportar apoyo público temporal para reforzar la solvencia de empresas no financieras afectadas por la pandemia de la covid-19 que sean consideradas estratégicas para el tejido productivo nacional o regional. Fuentes de Barreras consultadas por Efe se limitan a recalcar que el coronavirus "ha supuesto dificultades para muchas empresas españolas", pese a lo cual el astillero vigués "ha trabajado diligentemente para solucionar los problemas heredados y aquellos provenientes de la pandemia".
Adicionalmente, confirma que ha contactado con entidades públicas empresariales para hacer uso de las ayudas que se han puesto a disposición de las empresas españolas como consecuencia de la actual crisis sanitaria y económica. De solicitarlo, y el juzgado aceptarlo, el preconcurso, Barreras se aseguraría un plazo de tres meses en los que intentaría llegar a acuerdos con los acreedores para evitar el concurso.
En el anterior preconcurso las auxiliares acreedoras se adhirieron al plan de reestructuración acordado con las entidades financieras, pero advirtieron de que no le daban a Barreras "un cheque en blanco". De estas empresas, alrededor de una treintena están englobadas en la plataforma Uninaval, auspiciada por la patronal gallega del metal Asime, a las que Barreras adeuda más de 20 millones de euros.
En las últimas semanas vienen amagando con la presentación de una demanda contra el astillero en vista de que no acaban de cobrar lo adeudado. En un comunicado, Uninaval indica que "todos los instrumentos que se puedan utilizar" para que el astillero despeje su "complejo panorama" actual "serán bienvenidos, siempre que pasen, eso sí, por el pago de la deuda acumulada" con las auxiliares. Uninaval y Asime apelan al "esfuerzo conjunto" de administraciones públicas y accionistas de Barreras para conseguir una inyección de capital en el astillero, "condicionada a saldar las deudas contraídas y pendientes de cobro", insisten en su comunicado, a tenor de que la situación de las auxiliares es "agónica".
Consideran que "lo razonable" es que Barreras pudiera acogerse al fondo de rescate, más cuando "ya se ha utilizado en otros países competidores directos de la industria naval gallega, como son Alemania u Holanda”. Recalcan que pese a que la covid-19 ha tenido "un fuerte impacto" en el segmento de los cruceros, "es previsible que éste se recupere a partir del segundo trimestre de 2021, continuando con la senda de crecimiento exponencial que estaba registrando".
Y subrayan que mantienen si confianza en el proyecto de The Ritz-Carlton, que el pasado septiembre se comprometió a construir en Hijos de J. Barreras dos buques gemelos al 'Evrima'. Barreras ya pasó por el trance de un concurso de acreedores en 2012 lastrado por las deudas y por la crisis del llamado 'tax lease', y que superó gracias a que la masa de deudores aceptó una quita del 80% de la deuda, que ascendía entonces a 71,75 millones de euros.
Desde entonces ha habido dos cambios accionariales sustanciales en el seno de Barreras: primero fue la petrolera mexicana Pemex la que se hizo con el 51% de la propiedad y el anuncio de una amplia cartera de pedidos que al final se limitó a un buque hotel, gemelo al que construyó en Navantia Ferrol. El pasado julio, el consorcio estadounidense The Ritz-Carlton se convirtió en único accionista de Barreras, donde construye un crucero de lujo, el 'Evrima', al hacerse con los títulos de Grupo Emenasa, de José García Costas, al que antes había apartado de la presidencia.