domingo. 09.02.2025

La creación de jabones naturales y biodegradables para limpiar todo tipo de embarcaciones en el mar es la propuesta de una empresa de Vigo que pretende así contribuir a reducir en lo posible el vertido indiscriminado y contaminante de cientos de litros anuales de ácido clorhídrico. La normativa vigente prohíbe arrojar sus desperdicios al agua a los barcos situados en playas o parques naturales, por lo que deben alejarse un mínimo de 20 millas náuticas desde la costa. No obstante, la mayoría de estos navíos utilizan detergentes muy agresivos que "al contactar con el agua del océano, afectan a todos los ecosistemas y microorganismos en un radio de 15 ó 20 metros", ha asegurado a Efeverde el director de EcoMAR, Maikel Sangabriel.

 

"Ese primer contacto con el océano es una barbaridad", no sólo por la afectación inmediata sino porque, en ocasiones, los restos pueden incluso llegar a contaminar el litoral a pesar de que lo hagan diluidos. Sangabriel ha explicado que, sumando sólo las operaciones de limpieza de los barcos mercantes, se vierte 400 litros de ácido clorhídrico al medio marino cada año, un problema que se agrava con los derrames de las embarcaciones de pesquería y las deportivas.

 

Para combatir este problema, EcoMAR comercializa unos jabones basados en enzimas naturales que combaten los residuos generados por el medio ambiente y por su uso natural, así como las manchas de óxido. "Éste es uno de los principales problemas de los pesqueros, ya que el pescado no se puede guardar ni manipular donde exista óxido y muchos de mis clientes han confirmado esta ventaja", ha asegurado este empresario vigués quien añade que "lo bueno es que no eliminan el verdín, el hongo o la caracolilla, que son seres vivos y no resultan afectados por esta limpieza".

 

De hecho, "si alguno de mis productos afecta a la pintura o fulmina algún ser vivo, que me llamen rápidamente porque eso es indicativo de que ahí habría un problema" ajeno a unos jabones que, en lugar de químicos, usa sólo ingredientes naturales. Aunque Sangabriel se niega a describir sus jabones como "ecológicos" por "respeto a todas las personas que fabrican artesanalmente sus productos en casa, sin echarles nada ni etiquetarlos", lo cierto es que son biodegradables y se disuelven de inmediato en un medio acuático o marino y en 14 días si el ambiente es terrestre.

 

Tras criticar a la Unión Europea por su "excesiva burocracia y elevados costes de gestión económica" y al Ministerio de Industria por exigirle suministrar determinados tintes en la composición de sus jabones, ha encontrado un sitio en el mercado gracias a una labor continuada de visitas personales "a muchos marineros que se quejaban de que los productos habituales les provocaban quemaduras en manos y ropa".

 

EcoMar también ha desarrollado un detector de contaminantes que permite retirar del navío cualquier desengrasante o disolvente corriente en el mercado ya que con el tiempo descomponen los flotadores de las embarcaciones neumáticas. "La acetona, el disolvente o el quitagrasa cambian de color al entrar en contacto con una materia prima y eso te avisa si el barco está contaminado", ha argumentado, por lo que los fabricantes utilizan este detector para "demostrar que el perjuicio ha sido provocado por algún químico, aunque el navío se encuentre en periodo de garantía".

 

La andadura de EcoMAR comenzó en el año 2002 a raíz de las investigaciones personales de Sangabriel debido a la intolerancia de su esposa a los componentes químicos en lejías, perfumes o detergentes. Cuando ella se recuperó, él trasladó los conocimientos adquiridos en el mundo de los detergentes y limpiadores naturales a las actividades del mar, con el que siempre se ha sentido "muy vinculado".

Jabones naturales para limpiar embarcaciones en el mar sin dejar huella