jueves. 28.03.2024

Que la repostería es arte nadie lo duda, pero no en todas las ocasiones se alcanza el nivel de especialización y refinamiento de José Manuel de la Iglesia, que invita a peregrinar a su Catedral de Santiago de 2,63 metros de altura, 1,30 de ancho, un metro de fondo, y 380 kilogramos de azúcar. Este pastelero gallego es el artífice de la réplica más dulce de la Catedral de Santiago, la cual se puede ver "desde hace dos semanas" en el escaparate de su negocio, en la localidad orensana de O Carballiño.

 

Para su elaboración, ha invertido unos seis meses de trabajo, también en verano, dado que la humedad hace "mucho más complicado" que "las piezas se sequen", justo al contrario de lo que ocurre con las obras de chocolate que no pueden soportar "el calor del verano". En todo este tiempo, siempre ha estado apoyado por su familia.

 

Después de tres réplicas previas, realizadas con chocolate, al final ha recreado la Catedral de Santiago con el azúcar como producto principal y la ha rematado con un aerógrafo para darle una mayor vistosidad, un trabajo minucioso para cuyo transporte fue necesario movilizar a unas ocho personas, lo que da una idea de sus dimensiones. Prueba de su gran tamaño es que para romperla haría falta "un martillo". En la actualidad, esta llamativa imagen sirve de reclamo y atrae la curiosidad de vecinos de la zona y visitantes, que no dudan en acceder al local a fin de sacarse una fotografía junto con esta creación tan particular.

 

"En azúcar había una persona en Valladolid especializada y también en Madrid, pero ahora sólo quedo yo", ha apuntado en una conversación con Efe De la Iglesia, y ha compartido que "la gente cuando viene, alucina". En su propia trayectoria, desde que se iniciase en el oficio con 14 años, colecciona ya cientos de réplicas de monumentos situados por toda la geografía gallega y española, además de en diferentes países. Entre las piezas que ha ido confeccionando a lo largo de los años, figuran numerosos elementos gallegos, en concreto, hasta cuatro Catedrales de Santiago -con ésta última-; el pazo de Carboeiro; el templo de la Veracruz, en O Carballiño, y el Pórtico de la Gloria, en la capital gallega.

 

Pero también monumentos nacionales e internacionales como la Torre Eiffel, la Puerta de Alcalá, un edificio de Walt Disney, el Big Ben, la Giralda de Sevilla o la torre de Pisa. La más grande y que más tiempo le llevó -hasta un año-, fue "La Sagrada Familia", que pesó 510 kilos y requirió la ayuda de "diez personas" para poder transportarla a su establecimiento. Con todo, este artesano no recrea solamente monumentos, también obras que representan a políticos, propuestas de músicos como Antón Reixa, e incluso un regalo que hizo llegar a la Casa Real gracias a un programa de televisión.

 

Asimismo, llegó a ofrecerle al expresidente de Gobierno Mariano Rajoy que recogiese un busto dedicado a él, pero "todavía no ha venido", ha desvelado. En cuanto a su secreto, ha contado que el mismo radica en que no ve su oficio como "un trabajo" sino que es "un hobby" del que disfruta "como el primer día", cuando se introdujo en esta profesión. Más de cuarenta años después, resume así su labor:

 

"Me especialicé en esto y ahora hago todo tipo de encargos, todos ellos, artesanales y siempre con el toque dulce como bandera, evidentemente". Concluida esta pieza de la Catedral, afirma que aún no tiene otra "en mente", puesto que va decidiendo año tras año, siempre con un ojo puesto en la actualidad. Y, por el momento, su deseo es "pasar las Navidades" antes de ponerse a pensar en su siguiente hazaña.

La Catedral de Santiago más dulce