Raúl López López, detenido hoy por orden judicial en Lugo, representa, esto es lo que él mismo cuenta siempre, el arduo esfuerzo de una familia "humilde" que ha llegado a convertirse en referente nacional a base de trabajo. El empresario que preside Monbus, y varias decenas de entidades más, nació en la localidad lucense de Sarria hace 65 años, donde su padre tenía una pequeña compañía de transporte que fue el germen de su actividad posterior. Con apenas veintisiete años, en 1977, se produjo el relevo generacional y López López recuperó la actividad de su padre -Raúl López Loureiro-, tras una juventud relacionada con el mundo de la carretera, para comenzar una expansión que ya no cesaría.
Desde entonces pasó por altibajos, pero el empresario nunca dejó de trabajar para superar los mil empleados en su compañía y los setecientos vehículos, desde minibuses y autocares, turismos utilizados para alquiler o "renting", hasta un catamarán. Ha convertido a Monbus en líder del sector del transporte de viajeros por carretera entre todas las empresas compuestas íntegramente por capital español, con más de sesenta firmas que llegan a todos los puntos de la península. Raúl López siempre ha sido un perfeccionista, presume de ello, y, por eso, busca la máxima calidad en los servicios de su empresa, en la que intenta inculcar sus valores de puntualidad y seriedad unidos a la modernización, con la que ha tenido que adaptarse en cada momento a las circunstancias.
Primero con desplazamientos cortos, más tarde con larga distancia, sus empresas han crecido y han recibido el visto bueno de las Administraciones, que cuentan con López para concesiones públicas, como el transporte urbano en algunos ayuntamientos o los autobuses de tránsito del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. Más de un quebradero de cabeza han traído estos servicios a la empresa, con reivindicaciones desde hace años de que las Administraciones públicas arrastran deudas que ponen en riesgo la estabilidad de las compañías. Pero si algo destaca en la trayectoria de Raúl López que, además, lo hace muy conocido, es su vinculación al mundo del deporte, con su permanente sueño de poner a Galicia en la primera línea del panorama nacional.
En Lugo presidió el Breogán durante diez años -en dos etapas de cinco- y aportó el patrocinio de su empresa para que el equipo jugase en la Liga ACB, la primera categoría del baloncesto nacional. Desde 2010 preside el Obradoiro CAB, club que patrocina activamente desde entonces con el nombre de Monbus dentro de la denominación oficial del primer equipo del club ahora en la Liga Endesa -nombre actual de la ACB-, y representa a un consejo de administración repleto de empresarios como Jesús Lence, de Leche Rio. El Lugo, equipo de fútbol que juega la Liga Adelante -la segunda categoría española-, también cuenta con el apoyo de Monbus, entre otras empresas de la zona. Ahora, Raúl López vive su peor momento, tras su detención de anoche por orden del Juzgado de Instrucción número uno de Lugo y el registro de varias de las sedes de sus empresas y de las oficinas del Obradoiro por parte de los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera.