viernes. 29.03.2024

Algo más de una treintena de trabajadores de la empresa Urbaser, acompañados por sindicalistas de la CIG y de la UGT, irrumpieron esta mañana en el salón de plenos del Ayuntamiento de Lugo cuando el alcalde de la ciudad, el socialista José López Orozco, comparecía ante los medios de comunicación para anunciar una ampliación de los servicios mínimos por la huelga en el servicio de limpieza y recogida de basura en la ciudad.

 

En el salón de plenos de la Casa Consistorial se vivieron momentos de tensión, porque tanto el regidor local como su teniente de alcalde y responsable municipal de Medio Ambiente, Luis Álvarez, no suspendieron la rueda de prensa y prosiguieron durante casi una hora explicando ese nuevo decreto de servicios mínimos y su visión sobre una huelga que dura ya 43 días. En todo ese tiempo, fueron interrumpidos en múltiples ocasiones por los trabajadores de Urbaser y los sindicalistas que los acompañaban, que los acusaron de ponerse "solo" del lado de la empresa, corearon consignas contra el gobierno local y la patronal y pidieron a gritos la dimisión del regidor local.

 

Durante su intervención, López Orozco calificó "como intolerable que los vecinos de Lugo sigan siendo víctimas de un problema que no causaron" y anunció que el gobierno local dictó un decreto, que ya le fue comunicado a las partes y que se va a publicar mañana en el Boletín Oficial de la Provincia, para establecer unos nuevos servicios mínimos. "Nosotros seguiremos haciendo lo que hicimos durante todo este mes, intentar que se logre un acuerdo entre la empresa y los trabajadores", añadió López Orozco antes de ser interrumpido a gritos por los trabajadores, quienes le recordaron que ellos también tienen "familias" o que él "solo" defiende los intereses de la empresa.

 

Uno de los momentos de mayor tensión se vivió cuando el teniente de alcalde, Luis Álvarez, anunció las consecuencias de ese nuevo decreto de servicios mínimos, porque el gobierno local tomó la decisión de elevarlos del 50 al 100% en el caso de la limpieza viaria y de la recogida de residuos sólidos urbanos, así como de todo el material reciclable, salvo el vidrio. Ese anuncio fue recibido de nuevo con gritos por parte de los asistentes y la portavoz de la CIG, Carmen Antas, acusó al gobierno local de facilitarle a la concesionaria las circunstancias para que "la huelga dure otros sesenta días más".

 

"Decretan estos el final de la huelga", dijo Antas. Después de que Álvarez explicase los pormenores de ese decreto, el regidor local volvió a tomar la palabra y afirmó que "como alcalde y como ciudadano" le parece que la última oferta planteada por el mediador, a la que los trabajadores dijeron que no el pasado fin de semana, era "digna".

 

Según el regidor local, mejora las condiciones laborales establecidas en los convenios que tienen los trabajadores de otras ciudades, como Santiago de Compostela, y deja sin efecto práctico las sanciones disciplinarias y los despidos notificados por Urbaser a su plantilla a causa del incumplimiento de los servicios mínimos. Esas palabras del alcalde también fueron acogidas con abucheos, al igual que cuando dijo que "el que más grita no tiene más razón" y cuando afirmó que "trabajadores que no trabajan en la empresa y tienen repercusión cero en su salario" a causa de esta huelga y "la mínima representación que pueden tener en el comité de empresa" están agitando este conflicto.

 

A gritos le respondió de nuevo Carmen Antas, quien le dijo al regidor que "ése es el discurso de Urbaser", y posteriormente los trabajadores presentes, con la consigna: "Todos somos uno". Después de su comparecencia, el alcalde y Luis Álvarez dejaron el salón de plenos, pero los trabajadores decidieron quedarse dentro, momento en el que hicieron acto de presencia una veintena de agentes de las policías Nacional y Local, que cerraron las puertas de la sala e identificaron, uno por uno, a las 34 personas que irrumpieron en la rueda de prensa. Transcurrida media hora, también uno por uno, los presentes abandonaron el salón de plenos.

 

Después de lo sucedido, el secretario del comité de empresa, Julio Pacio, afirmó que "el alcalde y la empresa van de la mano, solo por joder a los trabajadores" y "vuelven a traer a gente de fuera" para retirar la basura de las calles de la ciudad. Según Pacio, se vulnera "el derecho de huelga" y "Lugo es una ciudad sin ley" porque nadie "pone coto" y las brigadas de refuerzo compuestas por personal de otras concesiones están recogiendo la basura de las calles protegidas en todo momento por la Policía Local.

Trabajadores de Urbaser se encierran en el salón de plenos de Lugo