Los miembros del comité de empresa de la central térmica de Meirama se han encerrado hoy en el ayuntamiento de Cerceda (A Coruña) para que se desbloquee la inversión anunciada en 2015 de cien millones de euros que permitiría la continuidad de la planta más allá de 2020 y, con ella, el mantenimiento del empleo.
El presidente del comité de empresa, Bautista Vega, ha explicado, en declaraciones a Efe, que una docena de personas han decidido encerrarse en la casa consistorial en defensa de los cien puestos de trabajo directos, los cien de empresas auxiliares y las miles de familias que dependen de manera indirecta de la central. "Pedimos a la empresa que decida realizar la inversión necesaria para que la planta siga funcionando más allá de 2020", ha añadido Bautista Vega, sobre una factoría propiedad de Gas Natural Fenosa.
Recuerda que en 2010 se hizo una inversión de cien millones de euros que sirvió para pasar de consumir lignito pardo, que se extraía de Cerceda, a carbón de importación, que redujo notablemente el azufre emitido a la atmósfera. Ahora la normativa exige una reducción de emisiones, por lo que la central térmica de Meirama, en funcionamiento desde 1980, necesita la instalación de una desulfuradora y una desnitrificadora, algo decidido desde 2015, cuando se anunció una inversión de cien millones de euros en una rueda de prensa entre la empresa y la Xunta. "Esa inversión no se hizo efectiva. Ya hace tres años y los plazos cada vez se acortan más. Los trabajadores cada vez tenemos más preocupación por esa inversión necesaria para que la planta siga funcionando", ha agregado el presidente del comité de empresa.
Con la instalación de esas desulfuradora y desnitrificadora se reduciría la emisión de azufre en más de un noventa por ciento y la de óxidos de nitrógeno en más del ochenta por ciento, por lo que los trabajadores apuestan por la continuidad de una factoría "muy rentable", que es la única de este tipo en la comunidad junto a la de As Pontes de García Rodríguez, también en A Coruña. "Es muy importante para Galicia que se siga manteniendo, igual que la de As Pontes. Durante años Galicia exportó energía eléctrica, ahora que podemos seguir produciendo cuando podríamos hacerlo con un coste ambiental mínimo", ha continuado.
"Llevamos mucho tiempo -añade- aportando energía a otros sitios donde no se produce ni un solo kilovatio. Ahora que podemos seguir produciendo, sería una lástima no hacerlo", ha subrayado. Este encierro es la primera medida adoptada por el comité de empresa, que cesaría con sus movilizaciones si se confirma la inversión por parte de la empresa y la Xunta. "Si no se produce, tendremos que buscar fórmulas de presión que hagan que haya una decisión de inversión en la planta", ha concluido Bautista Vega.
